La pesca de sardina debería reducirse a cero en 2019 en España y Portugal por la gran disminución de existencias que ha habido en los últimos años, advierte un informe publicado por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar.

El estudio, del que se hace eco la prensa portuguesa, apunta a la falta de biomasa, peces adultos, como principal argumento para la prohibición de su captura, ya que la cifra actual es de menos de 0,4 millones de toneladas, inferior a la mitad del límite biológico de seguridad y que ha ido retrocediendo de forma continua desde 2006.

La prohibición de la pesca en 2019 llevaría, según cálculos de los técnicos, a un aumento del 9,8 % en la población de sardinas adultas, un factor clave para asegurar la reproducción de la especie y garantizar existencias en las costas ibéricas.

El Gobierno de Portugal lidia contra la escasez de la sardina desde que el CIEM emitiera en octubre pasado un informe en el que recomendaba suspender la pesca de esa especie en aguas ibéricas del Atlántico, ya que sus existencias se encuentran en niveles muy bajos.

El Ejecutivo de Lisboa implantó entonces la prohibición total de capturas, manutención a bordo y descarga de sardina durante los cuatro primeros meses de 2018 para garantizar la sostenibilidad ambiental, económica y social de la pesca portuguesa a largo plazo. Este año, los pescadores portugueses tienen un límite de capturas fijado en 9.709 toneladas.