Las investigación, que se ha realizado con la intervención de otros hospitales estadounidenses y la Universidad de Harvard, podría evitar que los pacientes trasplantados tengan que usar fármacos inmunodepresivos durante toda su vida. Estos fármacos, necesarios hasta ahora para que no hubiese rechazo al cuerpo extraño, se han dirigido al sistema inmune adaptativo.
El tratamiento ha sido desarrollado a través de nanopartículas creadas desde los lípidos de la sangre del paciente. Estas nanopartículas son capaces de mandar estímulos a las células mieloides, responsables de que el cuerpo pueda rechazar un órgano desde el principio. Están situadas en el sistema inmune innato y, mediante los estímulos, son entrenadas, frenando el proceso.
La nanoterapia se ha aplicado en ratones para ver sus efectos. Se les ha trasplantado el corazón mientras se introducían tres dosis de estas nanopartículas por la cola. El 75% de los animales ha aceptado el trasplante "sin mostrar efectos secundarios". Además, los investigadores creen que no habrá problemas con otros órganos, ya que el trasplante de corazón es el que mas rechazo genera.
Las nanopartículas no contienen ninguna toxicidad ni efectos secundarios, por lo que en humanos deberán ser igualmente aplicables. Se espera que en un rango de tres a cinco años pueda realizarse. También se estudiará que pueda ser aplicado a otras enfermedades provocadas por una activación inmunitaria excesiva.