Carlos López Otín y Juan Carlos Izpisú, catedráticos de bioquímica españoles, han publicado en 'Nature Medicine' un estudio en el que afirman haber logrado elevar la esperanza de vida de las personas con síndrome de progeria, una enfermedad que acelera el enevejecimiento y por la que se disminuye la esperanza de vida.

Se trata de una enfermedad rara, que se crea por una mutación del gen LMNA por el que se acumula una sustancia tóxica para las células en el núcleo de las mismas y se acaban deteriorando. La investigación liderada por los científicos españoles ataca, mediante el sistema CRISPR/Cas 9, directamente a dicha sustancia tóxica, con la finalidad de alargar la esperanza de vida de los pacientes, que sólo son 119 en todo el mundo.

Con el avance, probado exitosamente en ratones, se espera que la esperanza de vida de los pacientes se alargue desde los 14 años que se les otorgan por el momento hasta un 26,4% más, tal y como ha ocurrido con los roedores.

"No podemos hablar de curación porque para ello sería necesario corregir todas las células de los ratones o al menos eliminar todos los síntomas de la enfermedad, pero sí de efectos permanentes porque únicamente es necesario administrar el tratamiento una vez para que parte de las células dejen de producir la proteína tóxica de por vida", ha asegurado a Efe la investigadora de la Universidad de Oviedo Olaya Santiago, coautora del estudio.

Sammy Basso es el paciente diagnosticado con progeria más longevo del mundo. Tiene 24 años y ha participado en el estudio, ya que estudió Biología Molecular en la Universiad de Padua tras conocer a uno de los principales autores de la investigación.

Otro estudio realizado en La Joya, California, constató los mismos resultados que el realizado por los investigadores de la Universidad de Oviedo, lo que ha aumentado la esperanza de los científicos, que aún alertan de que deben realizarse más estudios para comprobar su uso en humanos.