Un equipo del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares ('CNIC') capitaneado por Pilar Martín ha desarrollado una técnica pionera en el mundo para detectar si un paciente ha sufrido una miocarditis o un infarto, afecciones diferentes pero con síntomas muy similares.
La primera es una enfermedad que consiste en la inflamación del músculo del corazón, mientras que el segundo es la obstrucción de una arteria. Ambas se caracterizan por manifestarse a través de dolor en el pecho, dificultad para respirar y ritmos cardiacos anormales.
Borja Ibáñez, director de Investigación Clínica del 'CNIC', asegura que la única manera de detectar si una persona ha sufrido una u otra es "haciendo un cateterismo", que es una prueba "invasiva". Una vez se descarta el infarto, es necesario valorar si se trata de miocarditis, algo que puede requerir un trasplante o, en el peor de los casos, provocar la muerte.
El estudio, comandado por Pilar Martín, ha logrado desarrollar una prueba pionera en el mundo para detectar si el problema es una miocarditis, sin que sea necesaria intervención. Basta con obtener una gota de sangre del afectado y analizarla. Si presenta la sustancia mir-721, ya se sabe que se trata de una inflamación en el corazón.
Pilar Martín ha evaluado que esta técnica "permitirá que los pacientes sean tratados con el tratamiento adecuado desde el primer momento sin tener que pasar por pruebas invasivas". Un ejemplo es una biopsia, que consiste en la extracción de "un trozo de corazón del paciente para luego analizarlo", añade.
Esto permite agilizar el proceso, ya que se podrá hacer en una ambulancia y se realizará como una prueba de glucosa: a través de un pinchazo en el dedo. La prueba ya se ha probado con pacientes de algunos hospitales. Ahora se está buscando financiación que permita fabricarla a gran escala.