Un órgano en miniatura, eso es lo que ha conseguido desarrollar un grupo de científicos del Instituto Carlos III. Primero extraen las células madre del órgano o tejido de un paciente, cuya enfermedad pretenden investigar.

Con esas células se hace un cultivo, importante, en tres dimensiones y así las estructuras que se forman son más parecidas a la realidad. El resultado es el miniórgano.

Según explica Beatriz Martínez Delgado, jefa de la Unidad de Genética Molecular, "podemos tener el hígado de este paciente en un sistema de cultivo que nos permite estudiarlo".

En este caso quieren estudiar una enfermedad genética rara que afecta a las células hepáticas, pero podría aplicarse a cualquier órgano o tejido del cuerpo humano. Incluso podrían utilizar el mismo proceso, a la hora de tratar un tumor.

Estudios como este serán de enorme utilidad en el futuro para desarrollar la medicina personalizada, adaptada a cada individuo, ya que se generan a través de células del propio paciente.