Los científicos ya han alertado de que existe una "evidencia abrumadora" de que la inhalación de partículas de COVID-19 presentes en el aire supone una vía de contagio y transmisión muy importante. Por ello, consideran de vital importancia estudiar esta vía para aplicar mecanismos de control.

Así lo han trasladado en un artículo de la revista 'Science' en el que han advertido de que las personas infectadas, muchas de ellas asintomáticas, liberan miles de aerosoles cargados de virus que pueden quedar suspendidos en el aire durante horas.

Para evitar los contagios por esta vía recomiendan el distanciamiento social y el uso de mascarillas, pero también instan a mejorar la calidad del aire de los espacios cerrados mediante ventilación y filtración.

En este sentido, varios investigadores españoles ya están estudiando la carga viral que puede estar presente en el aire debido a los aerosoles, así como la posibilidad de su detección para evitar los contagios en espacios interiores a través de una herramienta de alerta.

El objetivo es desarrollar una herramienta que alerta cuando la carga viral del aire aumente

El objetivo de este proyecto en el que trabajan es abordar el 'agujero negro' de tiempo que hay desde que una persona se infecta y produce miles de aerosoles hasta que aparecen los síntomas y se reducen los contactos para evitar la transmisión.

Así, un equipo de expertos en epidemiología ambiental, calidad del aire y microbiología investigará la detección y cuantificación de carga genética del virus en muestras de aerosol atmosférico facilitadas por el Servicio de Calidad del Aire de la Generalitat Valenciana.

Una vez finalice este periodo de la investigación, el objetivo es desarrollar una herramienta que permita detectar el aumento de carga viral en el aire y emitir una especie de aviso para poder aplicar las medidas pertinentes antes de que se llegue a producir un brote.