Una mujer del estado de
Brisbane, en Australia, difundió unas fotografías de una naranja cortada que
parecía impregnada de tinta morada, pero lo cierto es que cambió sola de color
al poco tiempo de haber sido cortada por su hijo. Unas imágenes que causaron
mucha especulación en el país y que por fin, las autoridades sanitarias han
conseguido resolver.
Los investigadores han
concluido que se trata de una reacción natural de la fruta al contacto con un
cuchillo recién afilado. Según Stewart Carswell, químico jefe del departamento
de Salud de Queensland, asegura que los resultados de sus estudios revelan que
los pigmentos hidrosolubles llamados antocianinas de la naranja reaccionaron
así al entrar en contacto con las partículas de hierro de un cuchillo recién
afilado.