El programa espacial chino ha encargado a sus científicos que estudien la viabilidad de una estación de radar habitada en la Luna, un proyecto que algunos cuestionan como excesivamente caro, según ha informado el diario South China Morning Post.
El estudio se ha iniciado este año con una financiación de 2,4 millones de dólares, y plantea la hipotética instalación de una antena de radar de hasta 50 metros de altura capaz de monitorear áreas de la Tierra mucho más extensas que los satélites convencionales. Con una base de este tipo se podrían obtener imágenes más claras de nuestro planeta que permitieran un mejor estudio de la superficie terrestre y marina, o incluso del subsuelo.
El radar lunar, por ahora sólo es un proyecto, pero podría tener usos científicos como la predicción meteorológica o de terremotos, además de usos militares.
Uno de los padres del plan es el experto en radares Guo Huadong, ya planteó esta posibilidad hace tres años en una revista científica de su país. En ella, subrayó que la Luna podría ofrecer grandes ventajas para la observación terrestre frente a los satélites artificiales, desde una mejor estabilidad a una mayor durabilidad de los aparatos que se construyan en ella.
También advirtió de que una estación de este tipo requeriría una enorme cantidad de energía, sobre todo para el envío de transmisiones de radio de alta intensidad, por lo que sugirió que su construcción se acompañe de la instalación de una central de energía solar o nuclear en suelo lunar.