Nuevas rutinas de belleza

La prevención e higiene para evitar rebrotes del coronavirus se ha impuesto en nuestra sociedad con nuevos hábitos como limpiarnos mucho las manos, utilizar geles hidroalcohólicos y el uso de mascarillas. Todo ello ha provocado que incluyamos nuestras rutinas de belleza dando prioridad a una buena hidratación facial y al cuidado de las manos.

Ya sean de tela, de celulosa o de papel, las mascarillas provocan roces, enrojecimiento y sequedad en la piel. Las gomas ejercen presión, no respiramos bien y el vaho que provocamos al respirar genera una mayor deshidratación.

Eva Raya, cosmetóloga y cofundadora de Alice in Beautyland, explica que “es fundamental mantener una buena higiene. El uso de la mascarilla puede favorecer la proliferación de hongos y bacterias. Por eso, en los momentos en los que podamos quitarnos la mascarilla lo ideal es ir directos a lavarnos la cara con un buen limpiador neutro que respete el equilibrio natural de la piel”.

“Aunque ya era tendencia, ahora mismo se demanda y recomienda mucho más la cosmética indicada para pieles sensibles. Se empieza a observar un incremento de irritaciones y distintas patologías como el acné, derivado todo ello del uso continuado de las mascarillas. La piel está más desprotegida y algunos ingredientes activos pueden irritarla más. Además, necesitamos un extra de hidratación”, añade Eva Raya.

Y si quieres ir maquillada, la cofundadora de Alice in Beautyland recomienda “un maquillaje no oclusivo como el mineral y llevarlo siempre en el bolso. Así podrás retocarte o maquillarte cuando quieras”.

Y no olvides utilizar un protector solar (como mínimo con SPF 30) para que no te queden marcas indeseables en el rostro por el uso de mascarilla al pasear o al hacer deporte.

Más atención al cuidado de las manos

Las nuevas exigencias de higiene someten a las manos a una rigurosa rutina de desinfección, por lo que se hace necesario que las mantengamos hidratadas y protegidas . ¿Un truco? Por la noche, antes de dormir, puedes extender una generosa capa de crema para que el descanso ayude a la regeneración de la barrera protectora natural de la piel, explican desde Clarins.

También podemos realizar un tratamiento completo en tres pasos una o dos veces por semana.

  • 1. Exfoliar (Gommage Tonic Corps): afina, suaviza y aclara la textura de la piel. Truco: Para un mayor efecto desincrustante, masajear el producto suavemente sobre las manos secas y después aclarar con agua.
  • 2. Mascarilla (SOS Confort): mascarilla que nutre e hidrata la piel en profundidad. Truco: Se aplica en capa espesa en manos y uñas. Ponerse guantes de algodón o de cirugía para incrementar el efecto reparador. En 10 minutos las manos quedan suaves y confortables con un aspecto sumamente cuidado.
  • 3. Crema Juventud de las manos: protege las manos de las grietas y del desecamiento. Truco: Masajear bien desde la punta de los dedos hasta las muñecas, sin olvidarse de la base de las uñas. Las manos quedan como nuevas: suaves, lisas, con un aspecto joven y sano.

Extra de prevención en los centros de estética y belleza

El futuro inmediato del mercado de la belleza, la estética y nuestros hábitos cosméticos también han sufrido una gran revolución, tal y como explica Paola Gugliotta, Máster en Dermocosmética y fundadora de Sepai y ApoEM.

  • Fin de los dosificadores: el avance conseguido en algunos sectores como el hotelero, que comenzaba a cambiar las minitallas de los cuartos de baño por dosificadores de champú, geles o cremas dará un paso atrás. Después de esta situación, es lógico pensar que ningún consumidor querrá compartir estos productos con personas que se hayan alojado previamente.
  • Vuelta al plástico: el medioambiente quedará en un segundo plano y la seguridad será lo que prime a partir de ahora. Los océanos se llenarán de guantes, mascarillas ¡y sachets de monodosis! Estos tendrán, además, que reemplazar a los 'testers' que encontramos en las tiendas de cosméticos, a los dosificadores de los baños públicos, etc.
  • Adiós a las pruebas de maquillaje: No, no volveremos a probarnos el maquillaje en los stands de las firmas cosméticas. O al menos, no como hasta ahora. Usar pinceles no esterilizados para probar un colorete o una sombra de ojos o probar un labial sobre el dorso de la mano son gestos difícilmente recuperables. Los testers de productos de tratamiento deberían ser reemplazados por monodosis, y habría que intentar que estas fueran ecológicas. Sin embargo, este último punto supondría una inversión económica enorme.
  • A la esteticista, con reservas: aunque se están tomando las medidas de seguridad e higiene más estrictas, habrá tratamientos a los que nos dé más miedo acceder, como las exfoliaciones corporales, tratamientos con cabezales reutilizables o incluso masajes relajantes. En algunas personas, el miedo al contagio durará mucho tiempo y preferirán evitar este tipo de contactos.
  • La atención personalizada será a distancia: Los pequeños negocios sobrevivirán si consiguen reinventar a sus vendedores y consejeros para convertirlos en especialistas en atención telefónica que puedan solucionar las necesidades de cada consumidor a través de videollamadas. Habrá menos flujo de gente en las tiendas y más ventas telefónicas y on-line.