El erizo en Asturias es casi tan famoso como la fabada, pero la especie está desapareciendo y el Gobierno asturiano quiere prohibir su captura totalmente hasta su recuperación. "Como todas las especies esto va cayendo en picado", declara Jesús Suárez, marinero.

Desde hace años sólo se podían coger cinco kilos por persona. Se han hecho pequeñas vedas, pero apenas quedan erizos. Pescadores como Ángel deben dedicarse a otras especies, como el percebe. "Se llegó a pescar tanto y tan pequeño que ya no quedan", indica Ángel Ramón, percebero.

Cofradías y marineros asturianos creen necesaria una veda, pero exigen que se limite su pesca a profesionales. "Si un deportivo puede pescar cinco kilos y hay más de 1.000 licencias, que la gente haga cuentas y se imagine lo que puede salir de un recurso tan pequeño", lamenta Carmen Quintana, de la Cofradía Pescadores Luarca.

El Principado apuesta por la repoblación y los buzos sueltan juveniles cultivados en cautividad. "Queremos hacer un seguimiento y ver cómo se recupera en el futuro, en un plazo de tres o cuatro años", explica José Francisco Carrasco, de Acuicultura en el Principado.

Los restaurantes y mercados asturianos se verán obligados este año a importar erizo de Galicia. En la costa de Lugo continúa explotándose el erizo, pero sólo en los meses de enero, febrero y marzo. Han apostado por su conservación con vedas cada año. "Necesita entre siete u ocho años para que esté comercializable, por eso, tarda mucho en reproducirse", detalla Ana María Meitín, ouriceira. Los científicos creen que la escasez no sólo se debe a la sobrepesca, también a la desaparición del alga laminaria, de la que se alimentan, por el calentamiento global.