Un estudio realizado por los químicos Anna-Lena Kjøniksen, Luca Valentini, Ramón Pamies, Shima Pilehvar y Marlies Arnhof, publicado en la revista 'Journal of Cleaner Production' y que ha sido apoyado por el Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC) ha concluido que los astronautas podrían utilizar su propia orina para hacer cemento y construir asentamientos en la Luna.

De esta forma, los químicos han determinado que con una mezcla de polvo lunar y la orina de los astronautas se podrían construir los edificios de los futuros astronautas con el objetivo de que puedan establecer colonias de forma permanente.

El envío de materiales a la Luna tiene coste muy alto. De hecho, la NASA ha estimado que cada kilo de material que se envía a la órbita alrededor de la Tierra, tal y como indica 'Muy interesante', cuesta cerca de 18.000 euros.

Por este motivo, el trabajo ha tratado de aprovechar los recursos que ayudarían a que el coste de la misión fuese más bajo. Y es que para construir viviendas de cemento es necesario utilizar gran cantidad de agua, un elemento que es demasiado pesado como para ser transportado desde la Tierra a la Luna.

Por este motivo, los científicos han estado trabajando en cómo combinar el polvo lunar para crear un material de construcción y se han dado cuenta de que la orina es un buen elemento. En concreto, han visto que el componente de la molécula de urea permite que los fluidos fluyan, pero no evita que se endurezcan y se sequen con la luz solar.

Así, utilizando una impresora 3D, los químicos construyeron cilindros de un material conocido como 'lunacrete' compuesto de polvo de sílcice y óxido de aluminio (en sustitución al polvo lunar) y urea en polvo de orina humana. "En comparación con otros elementos utilizados para construir el cemento, la urea es la que mejor funcionó", ha afirmado Anna-Lena Kjøniksen, una de las participantes en el estudio.

Además, los químicos comprobaron que la mezcla resistió a cambios de temperaturas, aunque todavía quieren probar el 'lunacrete' a temperaturas más extremas. Por el momento, han construido una pequeña pared utilizando una impresora 3D para comprobar que es consistente, por lo que el siguiente paso será construir una a tamaño real.