De todos los enfermos que pasan el coronavirus, algunos sufren patologías graves y necesitan un respirador cuando se contagian, mientras que a otros apenas les afecta, los asintomáticos.

Estos últimos representan un 2,8% del total de españoles que se contagia del COVID-19, tal y como han revelado los últimos avances del estudio de seroprevalencia.

Aunque no se conoce la causa que lleva a que haya personas que pasen la enfermedad sin prácticamente darse cuenta, un estudio ha revelado que el tipo de sangre de los pacientes influye en cómo pasan el virus. Si su grupo sanguíneo es el A, tienen hasta un 50% más de riesgo de sufrir insuficiencia respiratoria. En cambio, si su grupo sanguíneo es 0, cuentan con un componente protector: tienen un 35% menos de peligro desarrollar una situación así.

A esta conclusión han llegado científicos españoles tras analizar el ADN de más de 1.600 pacientes graves de hospitales de España y de Lombardía, la región más afectada de Italia.

La investigación revela que las personas con cuadros clínicos graves tenían una variación en su cromosoma 9, que afecta al gen que determina el grupo sanguíneo. Dependiendo del grupo, el COVID-19 les afectaba más o menos, y así, las personas con grupo sanguíneo A son más vulnerables al fallo pulmonar.

Además, se ha identificado otra variación genética en el cromosoma 3, en una región donde existen genes implicados tanto en la entrada del virus como en la respuesta inflamatoria que realiza nuestro cuerpo.

Estos datos pueden ayudar a priorizar tratamientos en los hospitales, pues permite conocer de manera precoz si un paciente es susceptible a desarrollar un fallo pulmonar en caso de estar contagiado del coronavirus. También son útiles a la hora de crear una estrategia de prevención cuando se comience a suministrar la vacuna.