En los calurosos días de verano, encontrar un hueco para aparcar a la sombra es todo un desafío. Pero la penalización por no hacerlo es que el coche se convierta en un horno en el que intentar entrar es casi imposible. En este tipo de ocasiones tenemos que abrir todas las puertas y dejar puesto el aire unos instantes antes de poder entrar en el coche, lo que se convierte en una escena rocambolesca: esperar al sol pasando calor, antes de entrar a un lugar donde la temperatura es aún más alta.
A veces, las opciones más sencillas son las más recomendables para hacer frente a este tipo de situaciones. Si pensamos en un caso similar, por ejemplo, ante una jornada de calor apabullante, cuando vamos a la playa nos aseguramos de llevar nuestra sombrilla o de alquilar una allí. Pues en el caso de un vehículo podemos aplicar la misma fórmula: estacionarlo en un lugar fresco o llevar una sombrilla.
La importancia de los materiales
Con una sombrilla normal, por grande que sea no podemos resguardar nuestro vehículo, para ello existen un tipo específico de parasoles para coche. Entre las características que tenemos que tener en cuenta están la capacidad de plegarse, para poder transportarla sin dificultad. Además, la robustez y calidad de las varillas para que mantengan el equilibrio entre ser ligeras para su fácil manipulación y robustas para soportar las rachas de viento.
El material de la tela también es importante, algunos modelos como la sombrilla Lanmodo no solo evitan el calor y el agua, también están diseñadas para proteger el coche de cualquier elemento que pueda caerle encima. Estas diferencias hacen que existan sombrillas que podríamos considerar de alta gama, que ascienden a más de 300 euros y otras, más asequibles que rondan los 50 euros.
Las diferencias principalmente se centran en los materiales y en la tecnología que poseen: algunos modelos cuentan con un mando a distancia que junto con una batería funcionan con solo apretar un botón. Los menos sofisticados son de montaje manual: deben desplegarse sus aristas encima del vehículo y engancharse a la parte superior del coche con una base central y varias sujeciones en los manillares de las puertas o por dentro, para una mayor seguridad.
Susceptible a ser robada
La seguridad es uno de los puntos a tener en cuenta, la mayoría de estos dispositivos se instalan de forma externa, corriendo el riesgo de poder robarlos. Están pensadas para entornos seguros o lugares donde el coche esté a la vista de los propietarios. Por ello, uno de los puntos de mejora de estos dispositivos es reducir el riesgo de sustracción, quizás la solución pase por engancharlos al vehículo de tal manera que en el caso de intentar llevárselo suene la alarma.