Los científicos realizaron una ecografía a la hembra de tiburón ballena, además de varias muestras de sangre. También consiguieron implantarle un localizador que permite saber su ubicación vía satélite.
La especie es difícil de estudiar debido a la gran profundidad a la que habita, 1.800 metros. Sus grandes dimensiones y la complicación de su hábitat han demorado el estudio de su sistema reproductivo hasta que los biólogos marinos han observado un cambio drástico en el número de ejemplares en las últimas cuatro décadas.
La pesca y el tráfico marino que esta conlleva es una de las principales causas de la disminución de los ejemplares de esta especie, según ha publicado 'The Washington Post'.
Biólogos de California y Japón han conseguido documentar el proceso. Rui Matsumoto, uno de los científicos japoneses, es especialista en llevar a cabo estos estudios reproductivos en especies como mantas y otro tipos de tiburones.
En este caso, la hembra a la que se le han realizado las pruebas no estaba embarazada, pero los investigadores esperan saber cómo y en qué condiciones se reproducen estos animales para poder preservar su especie.