Con decenas de países arrancando la desescalada del confinamiento por la crisis del coronavirus, los Gobiernos se enfrentan al riesgo de que haya repuntes de contagio por Covid-19 elevados. Es un dilema entre la necesaria reactivación económica y la necesidad de garantizar la salud pública.

El temor a ese repunte ya es palpable en países como China o Corea del Sur, que han ido registrando nuevos casos de la enfermedad una vez ya han pasado el pico de la epidemia.

En este contexto, un grupo de investigadores del Instituto Weizmann de Israel, ha propuesto el modelo cíclico 10-4 (10 días de cuarentena y 4 de trabajo) para establecer en la nueva normalidad y evitar contagios.

Se trata de un modelo matemático que establece que las personas que convivan en un mismo hogar trabajen en ciclos iguales de dos semanas, estableciendo 10 días de cuarentena cada 4 días de trabajo o colegio.

Este modelo se basa en el aprovechamiento de la debilidad del coronavirus, su periodo de latencia: la media de días entre el contagio y el momento en el que desarrolla síntomas y puede contagiar a otros es de tres días. De esta manera, si un individuo se infecta durante sus días de trabajo estará bajo el período de latencia y desarrollará poder de contagio cuando se encuentre en cuarentena en casa.

Según los científicos de este instituto, este sistema mantendría el número básico de reproducción, es decir, la capacidad que tiene el virus de propagarse, por debajo del 1, unas cifras idóneas para tener controlada la pandemia.

También señalan que este sistema tiene la ventaja de que permitiría el regreso al trabajo de millones de personas manteniendo un número reducido de individuos en los lugares de trabajo escuelas y transporte público.