El cannabis está cada vez más presente en el botiquín, y es que ya lo podemos ver en productos como cremas o pastillas. Los métodos medicinales dependen de cada paciente, según los investigadores.

Los aceites son los más consumidos, porque al tomarse en monodosis, dicen que hay mayor control de la ingesta. Santiago Ángel García, autor de 'la marihuana y su uso medicinal' cuenta que "es mejor porque sabes lo que te estás tomando y las dosis que tienes".

Aunque este método es el más popular, también es menos eficaz para los expertos. La combustión libera sustancias nocivas o partículas de carbono.

Como alternativa están los vaporizadores. Como su efecto se produce muy rápido, lo recomiendan para dolores agudos y tienen la ventaja de que como no huelen y su uso es rápido, se pueden usar en cualquier lugar.

Otra de las formas más extendidas es la de las cremas y las pomadas. Se utilizan para aliviar dolores localizados y aseguran que tienen propiedades analgésicas. Por eso, las demandan personas con artrosis o con problemas lumbares.

El cannabis también se utiliza en comidas y bebidas. Los investigadores lo recomiendan para dolores intensos y crónicos ya que sus efectos son los más potentes, aunque advierten de que "no es una manera muy exacta de utilizarlo".

En España, aún no está permitido su consumo. Pacientes y médicos dicen que se enfrentan a una inseguridad jurídica cada vez que la utilizan y por eso reclaman a los partidos políticos que cumplan su compromiso de estudiar y regular su uso medicinal.

Como solución, proponen que se establezcan puntos de venta controlados y un sistema de evaluación de los impactos en la salud pública.