Una empresa de Chiclana, Cádiz, propone el uso de residuos fecales como combustible para los vehículos en lugar de usar gasolina o diesel.

"Usamos los contaminantes que hay en el agua residual para cultivar microalgas y producimos una biomasa que posteriormente somos capaces de convertir en biogas para el uso de vehículos", explica Zouhayr Arbib, jefe de sostenibilidad de Aqualia

El procedimiento es igual que en cualquier gasolinera: meter la manguera en el vehículo y alimentar el depósito de combustible. El coste por cada 100 kilómetros es del 50% del coste normal de gasolina. La principal ventaja es que se trata de un combustible no fósil y las emisiones son significativamente inferiores a las de un coche de gasolina o diesel.

"Estamos hablando de una autonomía de entre 350 y 500 kilómetros", afirma Arbib. Además, en el interior del vehículo no huele a heces gracias a un biogas que contiene un 92% de metano y que anula cualquier rastro de olor.

"Queremos convertir las depuradoras de procesos consumidores de energía en procesos de producción de energía", concluye el responsable de Aqualia.