Un equipo de biólogos de la Universidad de Cincinnati, Estados Unidos, ha realizado un estudio anatómico de las arañas saltarinas 'Synemosyna formica', una especie capaz de imitar el aspecto físico de una hormiga para protegerse de los depredadores.
La imitación de estos arácnidos es tan exacta que incluso prescinden de algunas de sus habilidades más especiales para acoger el aspecto poco atractivo de los pequeños insectos himerópteros.
Las arañas saltarinas transforman dos de sus ocho patas en antenas para poder asemejarse a las hormigas, e incluso son confundidas por el resto de 'Synemosyna formica', para las que pasan desapercibidas, produciéndose un problema a la hora de la reproducción.
La investigadora Alexis Dodson asegura que se trata de una selección natural: "Convencer a otras especies para que no te coman y convencer a los miembros de tu especie para que se junten contigo y lo hagan al menor coste posible". Por ello, las arañas son capaces de aguardar parte de su forma si son vistas de perfil, mientras que en la vista aérea son totalmente confundibles.
"El nivel de mimetismo que encontramos en las arañas saltarinas es increíblemente detallado", ha asegurado el investigador Nathan Morehouse para la 'Agencia Sinc'. El científico ha explicado que las arañas incluso son capaces de imitar los comportamientos de las hormigas, reproduciendo su tambaleo al caminar. Además, las 'Synemosyna formica' imitan a una especie grande de hormiga cuando son adultas, y se adaptan a la figura de las pequeñas hormigas negras cuando aún son jóvenes.