Adiós a la idea de que con los coches autónomos los conductores desaparecen; al menos, en un futuro próximo. La ley aprobada en EEUU especifica que siempre deberá haber una persona en el asiento del piloto. Y no vale con tener el carnet de conducir habitual. Quien quiera usar uno deberá realizar un curso y entrenar.
Los profesionales aseguran que con ellos se reducirá el número de fallecidos en carretera. "Las situaciones imprevistas se van a reducir muchísimo. El ojo humano hay cosas que no puede ver, como por ejemplo un niño que está cruzando entre dos coches", ha señalado Ángeles Miguel, Responsable jurídica de RACE.
Además, tendrán capacidad de ponerse en modo seguro si se produce cualquier error de software y valorar si las condiciones externas son aptas para la conducción. Si determina que no podrá frenar en seco. Los fabricantes prevén comercializarlos a partir de 2020. Esto cambiará los hábitos al volante. Los conductores ya no tendrán que parar tanto a descansar, por ejemplo, en los típicos bares de carretera americanos que estamos acostumbrados a ver repletos.
Pero el punto más conflictivo es determinar quién será responsable en caso de accidente. "Ante un dilema de estos lo que la ley decide es pedir ayuda al conductor, que siempre tiene que ir y decir: "Oye, me va a pasar esto, ¿qué hacemos?", ha señalado Ángeles Miguel. Y dejar en manos del ser humano la decisión final.
Todo un hito
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