"El amor romántico no existe", sostiene el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), Iñaki Piñuel, quien considera que la educación sentimental que reciben los jóvenes a través de las novelas, las películas o las canciones no puede ser más contraria a la naturaleza del amor.

Piñuel concede una entrevista con motivo de la publicación de su nueva obra en la que derriba el mito del amor basado en el sentimiento y subraya que el amor no es sufrimiento, ni es pasión, ni es maltrato, ni es angustia, ni es un sinvivir.

El autor expresa su deseo de ayudar a los lectores a evitar caer en relaciones tóxicas y agrega que "el amor racional como elección es tranquilo, estable y un poco aburrido, cosa que a muchas personas les da alergia oír". Según el investigador, el libro explica por qué fracasan las relaciones amorosas, los mecanismos internos del descalabro y las claves para evitar repetir en el futuro los patrones que originan el 99% de las crisis y rupturas de matrimonios y parejas.

Piñuel se basa en los recientes descubrimientos de cómo funcionan las neuronas espejo, que llevan al ser humano a imitar las actitudes y los deseos de personas que están actuando, sin saberlo nosotros, como modelos.

"Las neuronas espejo explican la tendencia a la imitación y son responsables del aprendizaje humano, del lenguaje y de la cultura, pero también de la reciprocidad de la violencia o el acoso", precisa el profesor. Los cinco líos amorosos que describe son los del "robanovias", el "curioso impertinente", la "misión imposible", el "pagafantas" y el "alma mater", el "donjuanismo" y el "mesalinismo".

En la trampa del "robanovias" o la "robamaridos", detalla, una persona se queda enganchada y enamorada de otra que está en relación con alguien de su entorno, como un amigo íntimo, dando lugar al típico triángulo amoroso, responsable de violencia, celos y crímenes.

La "misión imposible" es otra de las trampas en las que se ven enredadas las personas, que sistemáticamente se ven atraídas por aquellas que más y mejor las desprecian, las ignoran, las ningunean y las maltratan, precisa el profesor. Otra de las trampas se produce cuando la persona confunde la necesidad de ser necesitado con el amor.

Es caso del "pagafantas" y el "alma mater" (la madre nutricia), que son las personas que siempre dan en una relación, sin recibir nada a cambio, y cuanto más tiempo pasa, se quedan más vacías, agotadas y exhaustas por falta de reciprocidad. El "curioso impertinente" es el caso de aquel que considera la relación amorosa una forma de dar envidia a los demás y utiliza a su pareja para mostrarla y exhibirla como si fuera una especie de obra maestra o un complemento de su ajuar.

"No hay una relación de amor, sino un uso derivado de la necesidad narcisista extrema de mostrar a la pareja como un atributo que habla de la cualidad del propietario del objeto", resalta Piñuel. Otra de las trampas es la del "donjuanismo" y el "mesalinismo" de aquellos que se embarcan en conquistas sucesivas, pero tan pronto como consiguen que la persona acceda o acepte la relación, se aburren y pierden interés por ella, dejando mucho sufrimiento a su alrededor.

La gente confunde amor y enamoramiento, en opinión del psicólogo, quien indica que en la especie humana el enamoramiento dura entre nueve y dieciocho meses y después da lugar a la experiencia del verdadero amor, basado en la reciprocidad y que está muy lejos de ser lo que se presenta en los medios de comunicación, las novelas, las películas y las canciones románticas. "Muchas personas se quedan como adictas a mantener la sensación de enamoramiento de manera permanente, lo que conduce a muchos desastres emocionales, personales y familiares", remarca.