Dicen que el de Thelma y Louise fue el primer selfie de la historia del cine, la foto del principio de su viaje. Su historia, la de dos mujeres en la carretera a lomos de un Thunderbird descapotable del 66 cumple 30 años, y su legado aun perdura.

El film, una película a medio camino entre una road movie y el western fuera de lo común por entonces marcó un hito al poner el foco de atención en la mujer protagonista. Hasta entonces, estábamos acostumbrados a otro tipo de cine enfocado al público femenino desde una óptica masculina. Se rompió con el estereotipo y la imagen normativa de la mujer en el cine hasta esos momentos, como reconoce Ana Palacios, directora de 'Mujeres de cine'.

Eso causó controversia. Pocos en el estudio veían con buenos ojos el proyecto, "en Hollywood no acabaron de confiar del todo y ningún director quería hacerse cargo de la historia", cuenta José Madrid, periodista de 'Vanitatis'. La cinta mostraba sin tapujos la violencia contra las mujeres y despertó un debate que hasta entonces estaba dormido: su indefensión frente al sistema.

Su mensaje de feminismo y de sororidad, mujeres amigas y no rivales, eran términos no tan populares a principios de los 90, que empezaban a abrir esa brecha en la sociedad. Considera Ana Palacios que muchas mujeres "debieron sentir" que se podía dar un paso hacia delante". Más que una película, acabó siendo un fenómeno, y prueba de ello es que hay grupos de mujeres que cada año van al Cañón de Colorado a hacer el mismo recorrido de la película.