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Pelea en casa: Enfrentamos al BMW M3 con su hermano menor M2 ¿quién gana?

Pelea en casa: Enfrentamos al BMW M3 con su hermano menor M2 ¿quién gana?

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Los circuitos son el lugar ideal para sacar el máximo partido a un coche con total seguridad. Con máquinas como los BMW M3 y M2 es muy difícil buscar los límites si no estás en un escenario como este. Por eso, esta vez hemos 'saboreado' aquello de 'estar en el sitio adecuado en el momento oportuno'. La franja tricolor es el punto común. El número que da lugar a su apellido, los diferencia. Distinto traje, pero idéntica filosofía.

Como buenos BMW M, los saben imponer respeto y dejan claras sus intenciones con una estética a tono, deportiva y contundente, pero sin exceso de estridencias. El M3 derrocha energía a su paso. Es como si se comiera el asfalto. Es agresivo. El conjunto ensanchado y sus líneas marcadas propician una personalidad muy deportiva, forjada a base de años en la pista. El motor de 431 CV no se acaba nunca. Hace que el M3 se coma las rectas, se las devore más bien.

Solo hay tregua cuando llegas a las curvas. Entonces es el chasis el que se pone a prueba: frenas, reduces, trazas. Han pasado 30 años desde que nació el M3. Sí, ahora es más grande, más pesado, como todos los coches de hoy.. El cuento ha cambiado, pero el trasfondo sigue siendo el mismo. Sin embargo, en la carta de colores solo hay azul claro, azul oscuro y rojo. La marca alemana ha conseguido que sean su seña de identidad. Menor tamaño, menos peso, más agilidad.

El M2 es un compañero ideal en terrenos revirados y esto le hace ser más vivo frente al M3. Su chasis te permite entrar en las curvas con mayor facilidad y, aunque tiene 71 caballos menos, su potencia es suficiente para dibujarte una sonrisa de oreja a oreja a la salida de cada curva, de cada cruzada. Son de la misma madre, pero muy diferentes entre si: por carrocería, tamaño, peso y comportamiento, este M3 nos ha recordado al primer M5 del año 89; y el M2 transmido sensaciones muy parecidas a las del primer M3 del año 86, divertido y juguetón como pocos.

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