COSTES DE PRODUCCIÓN ASUMIBLES
El revolucionario Fisker Pear se retrasa y no se espera hasta 2025
Después de tener que ajustar los sistemas de producción y tener que buscar un nuevo suministrador de baterías, el revolucionario Fisker Pear que estaba destinado a ofrecer la "democratización del vehículo eléctrico" no llegará antes de 2025.
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La presentación de los resultados del último año fiscal ha venido acompañada en algunos casos de muchos anuncios por parte de algunos de los principales fabricantes tanto asiáticos como europeos o norteamericanos. Fisker ha sido último en sumarse a esta tendencia de realizar grandes actualizaciones sobre su respectiva estrategia comercial aprovechando la conferencia en la que se daban las cifras de los últimos 12 meses, por lo que a nadie le sorprendió ver a Henrik Fisker, fundador y director ejecutivo, hacer oficial que la fecha de lanzamiento del Fisker Pear se ha visto inevitablemente retrasada.
En medio de una ensalada de números y porcentajes, Fisker confirmó que su siguiente gran lanzamiento el Pear (nombre formado por las siglas Personal Electric Automotive Revolution) llegará más allá de la fecha inicial planteada, la cual se centró en 2024 según las primeras informaciones dadas por el fabricante en su presentación: “Esperamos comenzar las primeras entregas de Fisker Pear en 2024. El precio inicial será de 29.900 dólares, antes de impuestos. Al igual que con cualquier producto en desarrollo, publicaremos detalles y especificaciones adicionales más cerca de las entregas”.
Se le dio especialmente importancia a este modelo ya que tal y como indica su nombre, estaba orientado a ser una propuesta de vehículo eléctrico que tuviera un precio asumible para sus características. Mientras que el Ocean ya ha comenzado con las primeras entregas en Europa e incluso acaba de presentar una versión más orientada a su conducción en off-road, el Pear se ha visto afectado por los retrasos, especialmente por la decisión de Fisker de encontrar un nuevo suministrador de baterías.
El objetivo de mantenerlo por debajo de ese rango de precios ha llevado a Fisker no sólo a encontrar nuevos suministradores de celdas, sino también a modificar sus métodos de producción para poder llegar a unos costes asumibles, algo que ha llevado por ejemplo a hacer un diseño de chasis que utilizar un 25% menos de piezas que una plataforma convencional de vehículo 100% eléctrico. Tal es el punto del ahorro que se ha buscado, que en el interior del habitáculo se han eliminado cualquier tipo de tapa o elemento móvil en los compartimentos, con el objetivo de reducir el montaje y la fabricación de estos elementos al máximo.
También Henrik Fisker apuntó a que el Pear llegaría con dos tipos de batería, uno de ellos como acceso de gama orientado a un vehículo urbanita, con una autonomía limitada de entre 160 y 240 kilómetros entre recargas y una mayor que se acerca a los 480 kilómetros. El primero de los casos será para esas familias o conductores con dos vehículos y que busquen en el Fisker un automóvil de diario que los lleve al trabajo. Aun así, desde la compañía esperan que la evolución de las necesidades también lleve a un cambio en la mentalidad de los futuros compradores de dentro de dos años, lo que podría también obligar a adaptar el modelo de negocio y la tecnología.
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El Pear será construido por la compañía taiwanesa Foxconn en una antigua factoría de General Motors en Ohio, aunque se espera que las primeras entregas no estén listas hasta la primera mitad de 2025. Mientras que Fisker está evaluando la creación de un superdeportivo eléctrico, confirmó en sus cuentas de resultados que ya se habían realizado 70.000 reservas entre el Fisker Pear y el Ocean a fecha de ocho de mayo de 2023.
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