CONDUCCIÓN EFICIENTE... ¿A QUÉ PRECIO?
¿Usas siempre el modo ECO? Así puedes estar forzando el motor sin querer
Muchos conductores llevan el modo ECO activado por defecto para ahorrar combustible, pero no es útil en todas las situaciones. De hecho, puede reducir el confort e incluso afectar más de la cuenta al rendimiento del motor

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Buena parte de los vehículos modernos incorporan distintos modos de conducción: Normal, Confort, Sport y, por supuesto, el modo ECO. Los conductores habitualmente cambian entre uno y otro en función del trayecto o de las necesidades de conducción, pero este último es bastante común entre quienes buscan ahorrar combustible.
A priori, limita las prestaciones del motor para gastar menos gasolina y, por ende, dinero. Sin embargo, el modo ECO no está pensado para ser utilizado en cualquier circunstancia. Si eres de esos conductores que lo lleva siempre activado, las siguientes líneas te interesan.
¿Qué es el modo ECO y cómo funciona?
El modo ECO es una función disponible en la mayoría de vehículos actuales (y en algunos más antiguos) que limita las prestaciones del motor para reducir el consumo de combustible. Básicamente, limita la respuesta del acelerador, suaviza los cambios de marcha en los coches automáticos, restringe el uso del aire acondicionado y otras funciones auxiliares, y gestiona también la potencia del motor.
Como podrás intuir, está diseñado para utilizarlo en condiciones favorables, como trayectos tranquilos, urbanos, con tráfico fluido o velocidades constantes. Bajo estas circunstancias sí que puede suponer un ligero ahorro de combustible, aunque hay conductores que lo activan y se olvidan de que también deben acompañarlo con una conducción eficiente. De nada sirve poner el modo ECO y conducir de forma brusca.
En cualquier caso, ese ahorro muchas veces es marginal y depende mucho del tipo de motor, de la carga y de la circulación en sí. Además, el confort al final se ve reducido por la menor respuesta del coche y no siempre compensa.
¿Cuándo el modo ECO puede ser contraproducente?
Como todo en la vida, el modo ECO también es contraproducente si abusamos de él. Por ejemplo, en pendientes pronunciadas, si el coche está muy cargado o necesitas hacer un adelantamiento rápido, este modo reduce la entrega de potencia al nivel de llegar a forzar el motor para obtener el rendimiento necesario.
Además, en autovías o trayectos largos, usar constantemente el modo ECO puede provocar que el motor trabaje más tiempo a bajas revoluciones. A la larga, esto puede provocar acumulación de carbonilla en motores diésel o desgaste prematuro de algunas piezas.
Otro punto a tener en cuenta es el clima. El modo ECO normalmente limita el uso del aire acondicionado en verano o la calefacción en invierno para ahorrar energía, así que tampoco es factible con temperaturas extremas. Ni por confort ni por seguridad, porque puede hacer incluso que el parabrisas se empañe cuando no debe.
En definitiva, no es que el modo ECO en sí mismo sea malo, pero no está pensado para todas las situaciones ni deberías dejarlo activado por defecto. Puedes estar forzando el motor y hacer que el coche trabaje en condiciones poco óptimas.
Así deberías utilizar este modo
Igual que no activarías el modo Sport en una situación en la que realmente no necesitas ese extra en el rendimiento o las prestaciones propias de una conducción deportiva, tampoco deberías llevar siempre el modo ECO. Lo ideal es utilizarlo en ciudad, en trayectos cortos, sin grandes aceleraciones ni con el coche demasiado cargado. En esta situación, sí puedes reducir ligeramente el consumo, aunque deberás valorar si te compensa frente a la pérdida de otras prestaciones.
En cambio, en autopistas, con el coche muy cargado o en carreteras de montaña, mejor optar por el modo Normal, Confort e incluso Sport si la respuesta lo requiere. Los propios fabricantes recomiendan utilizar este modo solo cuando sea necesario. De hecho, algunos de los vehículos más modernos y con mejor tecnología lo desactivan automáticamente cuando detectan que el motor necesitan más potencia.
Pero hay un truco que nunca falla: escucha a tu coche. Tú lo conoces mejor que nadie, así que si notas que el motor va forzado, no responde con soltura o la climatización no rinde como necesitas, probablemente el modo ECO esté limitando más de la cuenta.
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