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LOS EFECTOS DE FILOMENA

Tras la tormenta, llega la calma… y la correspondiente revisión del coche

La nieve, el hielo y las bajas temperaturas no sólo juegan en contra de la vida útil de un coche, también pueden mermar su seguridad.

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La borrasca Filomena ha puesto a prueba la resistencia de muchos coches que se quedaron atrapados en medio del temporal y de todos aquellos que, a día de hoy, siguen bloqueados por la nieve y el hielo. Una experiencia que les puede pasar factura si no les prestamos atención. Y es que tras la tormenta, llega la calma… y la correspondiente revisión del coche.

Durante varios días los vehículos (tanto los que han podido circular como los que han estado parados a la intemperie) han comprobado de primera mano cómo se las gastan las precipitaciones, la humedad y las bajas temperaturas que, en muchos casos, han sido negativas a lo largo de algunas jornadas. Es momento de evaluar las consecuencias que esto ha tenido en el vehículo para no comprometer nuestra seguridad vial y la del resto, pero también para no acortar su vida útil.

No está de más llevar a cabo una profunda revisión visual para comprobar que todo está en buen estado y en su lugar. Eso sí, este chequeo no se debe quedar en el exterior: también hay que comprobar cómo está la mecánica y algunas partes del sistema eléctrico. Algunas acciones las puedes hacer tú mismo, otras es mejor que las dejes en manos de profesionales para seguir conduciendo de forma segura.

Examen visual

Lo primero en lo que nos tenemos que fijar es en la carrocería. Ya os hemos explicado lo perjudicial que puede ser la sal que esparcen en las calles y carreteras así que comprueba el estado de la pintura y, sobre todo, que no haya signos de corrosión.

A continuación es el turno del parabrisas, la luneta trasera y las ventanillas. El hielo puede haber provocado pequeñas fisuras y si no las detectamos a tiempo pueden convertirse en una rotura. No te olvides de las gomas de los limpias: es uno de los elementos que más sufre.

Terminamos esta revisión con los neumáticos: por su composición son muy sensibles a las temperaturas extremas y las bajas temperaturas les afectan especialmente. Comprueba su presión y revisa si hay deformaciones.

Examen mecánico

Si pasamos a la parte más técnica (que puedes hacer tú o recurrir a un taller) el primer punto que debes evaluar es la zona del motor y el tubo de escape: verifica que estén correctamente limpias y no presentan imperfecciones. Debajo del capó nos encontramos, también, con un componente que no se lleva bien con el frío: la batería. ¿Cómo revisar su estado? Arranca el coche para saber si está cargada y funciona.

Otra parte que merece atención son las suspensiones y los frenos, que pueden haber sido dañados por el hielo e, incluso, presentar signos de oxidación. Y, por último, no te olvides de los líquidos: echa un vistazo a su nivel antes de arrancar.

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