Nuestras carreteras soportan, diariamente, el paso de cientos de miles de vehículos que circulan en dirección a su destino. Se trata de vehículos de todo tipo, desde motocicletas ligeras hasta pesados camiones, pasando por turismos, furgonetas o autobuses. Desgraciadamente (a excepción de las motos) ninguno de éstos vehículos es inmune a los atascos, uno de los problemas más graves a los que nos enfrentamos todos los días.

Los atascos son un problema mucho más preocupante de lo que parece. Los conductores se desesperan, aumenta el ruido, aumenta la contaminación atmosférica, se multiplica el riesgo de colisión, la productividad desciende por culpa de los retrasos horarios...luchar contra los atascos es, de hecho, una tarea de todos, tanto de administraciones como de conductores.

Un sencillo truco que requiere de la colaboración de todos los conductores es la técnica de la cremallera, un método que, en realidad, es muy simple, y puede ayudarnos a evitar atascos o, al menos, a liberar un poco la carga de tráfico que podemos llegar a soportar en una retención. Con la técnica de la cremallera, que exige un poco de colaboración por parte de todos los conductores, los atascos reducirían su extensión de forma notable.

¿Cómo funciona la técnica de la cremallera? Este método para liberar de tráfico las incorporaciones o las salidas es tan simple como efectuar una cadena de forma que cada coche deje pasar por delante de él a un vehículo que quiera tomar la misma vía, sin necesidad de frenazos o acelerones. De esta forma, una incorporación o salida podría asumir el doble de tráfico en prácticamente el mismo espacio, y no haría falta que los vehículos se parasen. ¿La has puesto en práctica ya?