COCHES CLÁSICOS ALEMANES

Seguro que reconoces el Volkswagen Golf MK1 cuando lo ves, ¿también al prototipo que le dio vida?

Antes de convertirse en el coche para las masas, el compacto de tres puertas conoció una faceta alejada del carácter deportivo que llegó a producción. Así se diferenciaba el concepto génesis.

Seguro reconoces al Volkswagen Golf MK1 cuando lo ves, ¿también al prototipo que le dio vida?

Seguro reconoces al Volkswagen Golf MK1 cuando lo ves, ¿también al prototipo que le dio vida?Volkswagen

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Los clásicos nunca mueren y el Volkswagen Golf tendrá larga vida, dado que su futuro eléctrico parece estar asegurado y apunta a finales de esta década para llegar al mercado. ¿Y si miramos hacia atrás en vez de hacia adelante? Pasan los años, pasan las generaciones, pero los primeros pasos jamás se olvidan. Menos cuando viene de cumplir medio siglo ininterrumpido y aquel MK1 recibió el merecido reconocimiento.

Como si le hiciese falta recibirlo... Porque seguro reconoces al Golf de primera generación cuando lo ves, pero dudo que identifiques igual de rápido al diseño que dio vida al modelo de producción, ya que, en su génesis, el popular compacto aún no proponía ese carácter con el que alcanzó el éxito de ventas.

Una foto poco habitual del Volkswagen Golf con el EA 276
Una foto poco habitual del Volkswagen Golf con el EA 276 | Volkswagen

Aunque lógicamente compartieron el mismo propósito –el mayor espacio interior como símbolo de los años setenta–, hay diferencias que están a la vista entre el primer Golf de producción y el prototipo que lo antecedió: el EA 276 de 1969. Diferencias que marcan la esencia de cada uno, porque, lejos de la identidad deportiva del diseño que llegó a las concesionarias, aquel concepto previo ofrecía un perfil más utilitario.

El juego de luces delanteras y el tratamiento de molduras del capó hasta la calandra delataban la condición del EA, y lo mismo ocurría al verlo de costado: el pilar C le funcionaba como una suerte de marca registrada, como el rasgo que más lo distinguiría del Golf 1974. Un corte prematuro al marco de la ventana trasera daba como resultado un pilar de indisimulable anchura, algo similar a lo que en Japón hicieron con el –me pongo de pie– Daihatsu Charade, en el que remataron con un ojo de buey para la posteridad.

Golf GTI
Golf GTI | Golf

Pero en el EA 276 la caída hacia la zaga se ejecutaba no tan en diagonal como en ese compacto japonés ni como en el propio Golf de serie, lo que terminaba de definir su mencionado estilo utilitario. A propósito de esta sección, la luneta del Golf MK1 crecería finalmente en dimensiones respecto de su concepto predecesor.

Insisto, ambos perseguían el mismo fin, el del espacio interior. Pequeño por fuera, grande por dentro, esa fórmula hoy más vigente que nunca. De manera tal que ya desde el prototipo los alemanes habían decidido liberar el espacio trasero llevando el motor al frente, si bien, durante la etapa de desarrollo, entre las opciones se consideraría su ubicación debajo de los asientos traseros. La diferencia radicaba en el motor en sí, ya que en el EA 276, que hoy descansa y se exhibe en Wolfsburgo, Volkswagen utilizó el bóxer refrigerado por aire del Escarabajo en retirada.

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