El actual sistema de matriculación de España está vigente desde el año 2000. Hasta entonces, las matrículas se componían de una, dos o incluso tres letras y hasta seis cifras. Pero desde ese momento las matrículas empezaron a utilizar el sistema actual según el cual constan de tres letras consonantes y cuatro cifras, con sus numerosas combinaciones. De esta manera quedaba oculta la provincia de origen del vehículo y las posibles discriminaciones debido a su procedencia, como ocurría en el pasado con el sistema anterior.

Sin embargo, hay pequeños matices respecto a las letras permitidas. Para empezar, solo hay 20 letras en uso del alfabeto, ya que se prescindió de incluir en las combinaciones la Ñ y la Q, para evitar confundirlas con la N y la O, y tampoco se utilizan las vocales.

Este es quizás el dato más curioso, ya que, en apariencia, las vocales no tendrían por qué confundirse con ninguna letra más. Entonces aquí surge la duda. ¿Por qué no se utilizan las vocales para construir las matrículas de los vehículos en España? La respuesta es sencilla y comprensible: para evitar composiciones malsonantes o que formen palabras o nombres de nuestro diccionario. De esta forma se evitan composiciones como Eva o Ana, y palabras malsonantes como ano u otras como oso. VER VÍDEO.

Con un idioma en el que son necesarias la vocales para construir palabras con sentido, tiene lógica que se hayan querido dejar al margen estas cinco letras para no encontrarse con situaciones comprometidas en las matrículas.