SE CUENTA POR KILÓMETROS
¿Sabes cuántos metros de cable tiene un coche eléctrico? Las marcas se rompen la cabeza por reducirlo
La telaraña de cables dentro de un vehículo de este tipo genera un peso que reduce el rendimiento. Por eso, marcas como BMW buscan soluciones para perfeccionar la optimización

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Los cable en un coche eléctrico son como los nervios en el cuerpo humano. Sin ellos, no seríamos capaces de transmitir las órdenes de movimiento a los distintos miembros. Lo mismo en un vehículo, al que si le quitásemos la carrocería hasta nos asustaríamos de la cantidad de cables que encontramos. Tanta que es una de las grandes preocupaciones de las marcas, que están buscando posibles soluciones.
Un coche eléctrico cuenta de media con entre 1,5 y 3 kilómetros de cable dependiendo de su tamaño, y hay algunos, como los SUV XXL, que incluso superan estas cifras alcanzando hasta 5 kilómetros, es decir, la distancia que hay entre la Puerta del Sol de Madrid y el barrio de Usera ya fuera de la M-30.

Cuanto más cable, más pérdida de energía
En cantidad, la media de cables que incluye un coche eléctrico varía entre los 1.500 y los 2.000 depende de su tecnología y complejidad. Todos estos datos están constantemente en la cabeza de los ingenieros porque saben que buena parte del futuro de los coches eléctricos pasa por reducir esta telaraña interior, pues los cables ocupan espacio y aumentan el peso de un vehículo. Por lo tanto, afectan gravemente a la eficiencia del vehículo. Con menos cables, por ejemplo, se podría optimizar la autonomía.
La razón principal por la que el coche eléctrico tiene tantos cables está en que su “esqueleto” mecánico se divide en más de 100 módulos diferentes que se entregan información entre si. Para hacer llegar esta información de un lado a otro hacen falta cables. Para reducir el cableado, las soluciones se centran en bajar el número de módulos.

600 metros menos de cable
Ese es el sistema que han planteado la empresa alemana de proveedor de cables Leoni y el fabricante del mismo país, BMW. La tecnología propuesta es básicamente igual, que los módulos se concentren en una especie de ordenadores que procesen la información. Para BMW, solo cuatro de estos “cerebros” serían suficientes, pudiendo rebajar la cantidad de cables en 600 metros por coche.
Los cuatros módulos en los que se divide la tecnología de BMW son uno dedicado al motor y las herramientas a las que entrega energía, como la tracción; otro exclusivo para los sistemas de asistencia a la conducción; un tercero para el sistema de infoentretenimiento, y un último módulo para la seguridad y el confort. Cada uno de estos ordenadores en los que se basa cada módulo, además, tiene mayor capacidad para leer y transmitir información que la telaraña de cables. Por lo tanto, esta tecnología supondría un importante salto para los coches eléctricos.
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