LA INDUSTRIA PIERDE IDENTIDAD
¿Por qué todos los coches ahora suenan igual? El declive del rugido con personalidad
Ya sea por las normativas de ruido, por las nuevas motorizaciones eléctricas o por los componentes que se le añaden a los vehículos, los sonidos son cada vez más homogéneos

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El sonido era uno de los aspectos más característicos de un coche, tanto como la voz de una persona. Ahora cierre los ojos, active los oídos e imagine que todos tenemos la misma voz. Eso es lo que ocurre ahora con los vehículos, su ruido se ha homogeneizado por las propias tendencias de la industria del automóvil y las legislaciones que la rigen.
La normativa es el principal motivo por el cual los sonidos de los coches cada vez se parecen más. En España, el límite de intensidad del ruido de un vehículo es de 7 decibelios, y si se supera las multas pueden variar entre los 300 y los 600 euros. Con este límite, esa voz estruendosa y deportiva de algunos modelos ya está prohibida, y el rugido de los motores de gasolina se ha visto acallado.
Reductores de ruido
Y claro, al poner un margen tan bajo a la intensidad del ruido, se reduce el abanico de diversidad de sonidos. Para conseguir que no se superen estos límites, los fabricantes colocan filtros, como si fueran silenciadores evitan el estruendo de un arma. Distintas marcas tienen el mismo proveedor de estos filtros, lo que provoca que la voz de diferentes coches pasen por el mismo “colador” y terminen pareciéndose bastante unas a otras.
La puntilla a la igualdad actual del sonido de los coches está en las nuevas motorizaciones eléctricas, que prácticamente ni suenan. De hecho, tienen tan poco ruido que la normativa (que tiende a reducir el volumen en general de los vehículos) obliga a los fabricantes a crear una voz artificial para los vehículos eléctricos por razones de seguridad, que peatones o ciclistas lo escuchen venir.
Mecánicas más básicas
Si bien los motores de combustión eran más diversos, por ejemplo, según el número de cilindros, de la capacidad de sus turbos o la complejidad de su mecánica; los motores eléctricos no incluyen tantos componentes y eso provoca que todos se parezcan más entre sí y los sonidos que generan, aunque sean poco intensos, se asemejan demasiado.
Ya se ha acabado eso de escuchar un coche circulando por calles cercanas y sin verlo saber qué modelo es. Y luego, cuando se adentra por tu calle, comprobar que estabas en lo cierto y sonreir. Los automóviles están perdiendo buena parte de su identidad y personalidad, provocan emociones cada vez más estándar, algo que puede desembocar en que las generaciones venideras pierdan el interés y la pasión por los vehículos.
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