LA ERA DE LOS SUV
¿Y si el problema no son los SUV, sino cómo los usamos?
El uso de estos vehículos se ha vuelto cada vez más indiscriminado; la alternativa de modelos cada vez más compactos, pero también la aparición de los medianos chinos baratos como un dilema

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No hay dudas de que estamos en la era del SUV y no hay dudas de que este tipo de coche no es algo novedoso. Los orígenes datan de varias décadas atrás. Modelos como el Jeep Wagoneer han sentado las bases desde los años sesenta y otros pioneros como el Toyota RAV4 y el Honda CR-V encarrilaron la filosofía desde los noventa. No casualmente, cada uno habiendo adoptado su camino, hoy son dos vehículos con vigencia.
Cada uno habiendo adoptado su camino... Esto es importante tenerlo en cuenta, porque mientras el americano nació como familiar de lujo, los japoneses aparecieron como punta de lanza hacia un nuevo subgénero: los SUV compactos. Pasaron las generaciones y hoy ambos son vehículos líderes en los Estados Unidos, el segundo mercado más grande del mundo, pero desde el comienzo significaron una principio de democratización al ofrecer una alternativa a los SUV de tamaños más grandes.
Resulta que, paradójicamente, todo el mundo quiere un SUV en estos años de hegemonía, cuando, salvo excepciones, reina en ellos una notable carencia de singularidad. Esto es, en todo caso, una observación al pasar, porque, en definitiva, la crisis del diseño afecta a toda la industria. El problema de fondo radica en la expansión a escalas inverosímiles.
Los SUV hoy: La demanda y la búsqueda de algo más coherente para la ciudad
Si bien los SUV de lujo que comenzaron la historia ya no son la norma y hoy pasan a ser las excepciones –y cada vez más, porque irá en aumento a medida que las marcas europeas se vean en la necesidad de competirle a los SUV medianos chinos de bajo coste y valor de mercado–, la democratización no es suficiente para explicar cómo se han regado las calles con estos vehículos.
Los fabricantes son responsables de fomentar la demanda en lugar de, sin tener que elevar los precios de los SUV, redirigir la mira a los automóviles, al menos para no seguir desvirtuando las cosas. Como quien va y se compra una camioneta como respuesta a su deseo personal y no como algo verdaderamente funcional, hay clientes que priorizan el SUV aún sabiendo que ese coche es demasiado para manejarlo en ciudad.
Entonces, han estado apareciendo nuevas ramas. Frente a la testaruda postura del cliente de ir por un SUV a como dé lugar para usarlo tanto en la autopista y la carretera como para ir a buscar el pan, las alternativas para la tregua y el equilibrio. Los B-SUV, vehículos utilitarios urbanos, son claros exponentes de lo que la industria viene ejecutando como respuesta al boom del SUV y la necesidad simultánea de crear algo más coherente. Algo así como decir "si esto es lo que el usuario quiere, démoselo, pero pongamos la casa en orden".
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