PARA GUSTOS, COLORES

¿Merece la pena el acabado deportivo en un coche de diario?

La tentación es fuerte. Muchos lo eligen sin pensarlo demasiado, solo porque “es el que mola”. Pero claro, una cosa es que te guste cómo queda y otra muy distinta es que te cuadre para el uso diario.

Ford Focus ST

Ford Focus STFord

Publicidad

El acabado deportivo es ese al que se le van los ojos a casi todo el mundo. Da igual que hablemos de un compacto de 100 CV o de un SUV de batalla larga: si lleva faldones, llantas grandes, asientos tipo baquet y un logo “GT” o “FR”, automáticamente parece más coche. Es el truco más viejo del marketing, pero funciona. En el concesionario, uno con acabado normal y otro con “paquete sport” no parecen primos, sino especies distintas.

La tentación es fuerte. Muchos lo eligen sin pensarlo demasiado, solo porque “es el más chulo”. Pero claro, una cosa es que te guste cómo queda y otra muy distinta es que te cuadre para el uso diario. Porque no estamos hablando de un coche de fin de semana, sino de ese con el que vas a ir al trabajo, a llevar a los niños, a buscar sitio en hora punta, y ahí, lo que en el catálogo parece emocionante, en el día a día puede convertirse en una incomodidad tonta.

Además, está el tema del coste. Normalmente, el acabado deportivo no trae un motor más potente ni suspensiones adaptativas. Lo que pagas es una estética más agresiva, algún detalle de interior mejorado, y poco más. Pero la diferencia de precio con respecto a un acabado más “normalito” puede ser de varios miles de euros. ¿De verdad vale la pena?

Cupra Formentor e-Hybrid
Cupra Formentor e-Hybrid | CUPRA

Cuando lo sport se vuelve incómodo

Uno de los primeros sacrificios del acabado deportivo es la comodidad. Suspensiones más firmes y ruedas con perfil bajo pueden hacer que cada junta de dilatación te salude con un golpe seco. En ciudad, eso cansa, y si vives en una zona con badenes mal pensados o carreteras con baches, la experiencia no mejora. Lo que en un tramo de curvas puede dar gusto, en tu día a día se vuelve un castigo.

El interior también cambia. Suelen ser asientos más duros, más envolventes, pensados para sujetarte en curvas... pero en trayectos largos pueden cansar más que unos convencionales. Además, si los baquets son muy marcados, subir y bajar del coche se vuelve más incómodo. A eso se suma que muchas veces esos acabados eliminan detalles prácticos: maleteros un poco más pequeños por culpa del subwoofer, menos visibilidad por un alerón trasero, etc.

También hay que pensar en el mantenimiento. Las llantas grandes y los neumáticos anchos no solo se pagan más caros al cambiarlos, sino que suelen desgastarse antes, y cualquier roce de aparcamiento en un paragolpes más voluminoso o una talonera prominente puede doler mucho más en la factura que en el alma.

Es la sensatez con ruedas, un coche con 600 l de maletero, consumo de mechero y con el que podrás hacer 1.000 km sin parar a repostar
Es la sensatez con ruedas, un coche con 600 l de maletero, consumo de mechero y con el que podrás hacer 1.000 km sin parar a repostar | Skoda

No todo es negativo, claro

Sería injusto decir que todo lo deportivo es postureo. Hay coches donde ese acabado está bien afinado y aporta un plus. No es que vayan más rápido, pero sí se notan más precisos, más comunicativos. Para quien valora la conducción por encima de la practicidad, ese toque extra puede ser interesante incluso para un uso diario. Aunque no estés haciendo tiempos en un circuito, puedes disfrutar del tacto al volante en una rotonda o una carretera secundaria.

Tampoco hay que olvidar que en el mercado de segunda mano, un acabado deportivo suele venderse mejor. No tanto porque sea más completo, sino porque entra más por los ojos. Eso sí, si has pagado un sobreprecio al comprarlo nuevo, y ese pequeño extra de valor de reventa rara vez compensa lo invertido. Otra cosa es que te dé igual la amortización y busques simplemente ir más a gusto con lo que conduces.

En cualquier caso, lo fundamental es no confundir apariencia con contenido. Muchos coches con emblema “Sport” tienen exactamente el mismo motor y chasis que sus hermanos normales. El cambio es visual y táctil, no mecánico. Así que, por mucho que la ficha técnica diga lo mismo, la sensación subjetiva puede ser mejor… o peor, según el uso que le des.

Renault Clio
Renault Clio | Renault Sport Racing

La decisión depende de ti, no del logo

Al final, todo se reduce a ser honesto contigo mismo. Si el acabado deportivo te gusta, te lo puedes permitir y vas a disfrutarlo, adelante. Pero si lo eliges solo porque “es el que se lleva”, quizá estés pagando por algo que no vas a aprovechar. No se trata de renunciar al placer de conducir, sino de no complicarte la vida por una estética más agresiva que, en el fondo, no cambia lo esencial.

Muchos compradores confunden el capricho con la lógica, y en un coche que vas a usar cada día, donde cuenta más la fiabilidad y la ergonomía que las costuras rojas del salpicadero, conviene pensar dos veces antes de marcar la casilla “acabado sport”. Porque lo que parece atractivo en el papel, puede ser una molestia en la rutina diaria.

Lo importante es elegir desde la cabeza… aunque el corazón también tenga algo que decir. Si al final decides ir a por el deportivo, que sea porque te hace feliz, no porque crees que “es lo que toca”. Que conducir a gusto cada día no depende del alerón, sino de cómo te sientas tú al volante.

Antena 3» Noticias Motor

Publicidad