En los últimos años, el comprador europeo que adquiría un vehículo se inclinaba mayoritariamente por los motores diésel, ya que, a priori, las ventajas frente a la gasolina eran evidentes: menor consumo, mayor agrado de conducción y un combustible a un precio más asequible que la gasolina. Además, los gasolina de hace años, pese a su suavidad, eran más gastones y tecnológicamente menos avanzados. Sin embargo , parece que el claro dominio de las mecánicas diésel en Europa, con una proporción de ventas que ha llegado a rondar el 70/30 a favor del gasóleo, se está debilitando por momentos debido a factores como los avances en los propulsores de gasolina, más refinados y avanzados que nunca, o a hechos como el escándalo de las emisiones dentro del Grupo VW. De esta manera, según la consultora LMC Automotive, en los primeros cuatro meses del año sólo el 50.1% de los compradores escogieron , lo que supone una caída de 2.2 puntos respecto al año anterior. Más acusada es la caída en el mes de abril, donde el porcentaje se redujo al 49.7%, mejorando así las perspectivas de los vehículos de gasolina, sobre todo, de los eléctricos. En Centímetros Cúbicos: |