Si el año que viene Fernando Alonso quiere volver a intentar el reto de conseguir la victoria en las 500 Millas de Indianápolis deberá adaptarse de nuevo al monoplaza.
Las IndyCar Series comenzaron esta semana con los test de sus coches de 2018 con el kit aerodinámico para circuitos ovales siendo
Juan Pablo Montoya el encargado de hacerlo con el monoplaza de Chevrolet y
Oriol Servià el de Honda. Se confirmaban así las líneas limpias que habían mostrado los renders en
3D que los organizadores habían publicado en los prolegómenos de la Indy 500 de este año. Se mantienen los protectores las ruedas traseros, medida tomada como seguridad después de graves accidentes como el que le costó la vida a Dan Wheldon. El objetivo es que, a grandes velocidades, especialmente en óvalos con los coches rodando tan cerca, no se produzca contacto entre neumáticos que pueda terminar con el monoplaza volando hacia las protecciones.
El diseño del resto del monoplaza tiene tintes clásicos, con líneas muy limpias y un arco de protección más bajo, similar al que utilizaban en la Champcar. De esta forma, se deja de lado a las siluetas futuristas, cargadas de aditamentos aerodinámicos, para recuperar una línea más retro. Esta versión, puesta a prueba en Indianápolis es la que
se destinará a competir en los Superspeedways, mientras que el
aerokit de alta carga aerodinámica que rodará en test en Mid-Ohio, Iowa y Sebring será puesto competición precisamente en pistas urbanas, lo que en Estados Unidos se conoce como circuitos ruteros o en óvalos cortos.
A pesar de algunos problemas eléctricos en el coche de Montoya, la prueba se saldó satisfactoriamente, e incluso Servià pudo acumular más de 100 vueltas. El encargado de construir estos nuevos coches será de nuevo el preparador italiano
Dallara, mientras que las simulaciones ya apuntaban que en 2018 la clasificación será un poco más lenta, sin embargo, en trazados como Indianápolis serán hasta 1,5 mph más rápidos por vuelta. En los test
Oriol ya fue capaz de superar la velocidad media de 219 mph, mientras que Montoya, a pesar de los problemas que le tuvieron recluido unas cuantas horas en el box, superó las 218 mph con el
Chevy.