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¿Funcionan las gafas amarillas o son una moda peligrosa y viral?

Conducir un coche no es ningún juego, hay muchos factores que pueden suponer un peligro, sin contar con que podemos poner nuestra vida en riesgo. No debemos hacer caso a todo lo que vemos en redes sociales y en foros, es imprescindible informarnos debidamente.

Lentes amarillas para conducir

¿Funcionan las gafas amarillas o son una moda peligrosa y viral?Pexels y Gemini

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Puedes que lo hayáis visto o, quizá, os ha pasado totalmente inadvertido, pero se ha puesto de moda, o eso parece, conducir de noche con gafas de cristales amarillos. La teoría dice que mejora la visibilidad, pero la verdad es más bien la contraria. ¿Mito o moda peligrosa?

Las modas y los retos se han convertido en una verdadera plaga. Desde que Internet viaja con nosotros en el bolsillo, hemos llegado a un punto que cualquiera es profeta, desde trucos para cocinar un pollo hasta atarte los zapatos, trucos de belleza e incluso supuestos expertos que hasta dicen cómo y cuándo debes dormir. Lo del español con un cubata en la mano que lo sabe todo se queda corto.

Y entre todas estas cosas de dudoso éxito –para quien las cree, por cierto–, aparecen modas que prometen ser la clave de la que nadie se ha dado cuenta en décadas. Como el uso de gafas con cristales amarillos para conducir de noche. Moda que no es precisamente nueva, pero que gana popularidad mientras lees esto en redes sociales. Sin embargo, solo tienes que ponértelas durante 50 metros para darte cuenta de que, en realidad, la visibilidad se reduce y aparecen más zonas oscuras.

Lentes amarillas para conducir
Lentes amarillas para conducir | Pexels y Gemini

Gafas con cristales amarillos; lo que se dice sobre ellas

La teoría sobre esta moda gira alrededor de que se reducen los deslumbramientos y que se mejora la visión en carretera, la panacea de la que nadie se había dado cuenta hasta ahora. La cuestión es que, en realidad, son un problema. Hay mucho debate entre aquellos que las defienden y los que se posicionan en contra de su uso.

El RACE –Real Automóvil Club de España– habla sobre ello en su web oficial y las describe como “lentes sin graduar, tintadas de amarillo y que normalmente incluyen un revestimiento antirreflectante que puede ayudar a mitigar los efectos de un deslumbramiento”. Pero luego, aunque afirma claramente que los expertos se posicionan en contra, enumera una lista de cosas que, afirman, merece tener en cuenta.

Por ejemplo, según el RACE, transmiten una sensación de conducir con más luz y ayudan a percibir el entorno con más claridad; se pueden usar para evitar deslumbramientos y destacan que las gafas más modernas incorporan una película química que atrapa las longitudes de onda corta que emiten las luces LED.

Si esto parece poco, muchas ópticas destacan que usar gafas amarillas mejora la seguridad en carretera, una afirmación que podría ser muy peligrosa, si hacemos caso a los estudios que han analizado el uso de dichos elementos, como uno realizado por Schepens Eye Research Institute de Boston y que también mencionan desde el RACE.

Lentes amarillas para conducir
Lentes amarillas para conducir | Pexels y Gemini

Lo que dicen los expertos sobre las gafas amarillas

Por lo general, lo mejor que podemos hacer es tener presente lo que dicen los expertos. Las ópticas viven de vender gafas, así que cualquier cosa que no esté respaldada por un estudio o análisis debería ser “cogido con pinzas”. Y más de lo mismo podemos decir del RACE, un club de automovilistas que puede saber mucho de coches, pero quizá no tanto de otras cosas.

Así, el estudio mencionado en el portal oficial de estos últimos nos información adicional. El Schepens Eye Research Institute es una fundación independiente de investigación oftalmológica, es decir, sobre la vista, con sede en Estados Unidos. Entre sus objetivos está el estudio de las causas de cegueras y avanzar en el conocimiento y solución de enfermedades oculares.

Dicho esto, pasamos al estudio, el cual, afirma categóricamente que el uso de gafas con cristales amarillos no está asociado a ninguna mejora del rendimiento visual. Tampoco parecen mejorar la detección de peatones por la noche ni reducir los efectos negativos de los deslumbramientos.

En realidad, las gafas con cristales amarillos no solo no aportan ninguna mejora real, sino que pueden llegar a empeorar la visibilidad nocturna. Al filtrar parte del espectro de luz, especialmente el azul, reducen la cantidad de luz total que llega al ojo, justo lo contrario de lo que necesitamos cuando conducimos de noche, cuando la luminosidad ambiental ya es muy baja. Dicho de otro modo: hacen que veas más oscuro un entorno que ya lo es de por sí.

Gafas de sol
Gafas de sol | Centímetros Cúbicos

El efecto psicológico de “ver mejor” al principio es lo que se conoce como sensación subjetiva de mejora visual, algo similar a lo que ocurre cuando uno limpia el parabrisas o las gafas y siente que “de pronto se ve más claro”. Pero esa percepción no se traduce en un aumento real de la visibilidad. De hecho, según los expertos, el contraste disminuye y los objetos en la carretera pueden resultar más difíciles de identificar, especialmente los peatones vestidos con ropa oscura o los obstáculos poco iluminados.

Además, hay que tener en cuenta que los deslumbramientos nocturnos no se producen por un exceso de luz, sino por la diferencia de intensidad entre una fuente brillante (como los faros de un coche) y la oscuridad del entorno. Las gafas amarillas, al no eliminar esta diferencia, no solo no la reducen, sino que pueden incluso retrasar el tiempo que tarda la pupila en adaptarse después de un destello. En otras palabras: pueden aumentar el riesgo de accidente en lugar de reducirlo.

Los especialistas en oftalmología recomiendan otras medidas mucho más efectivas para conducir de noche:

  • Mantener siempre limpias las lentes, los faros y el parabrisas.

  • Evitar mirar directamente a los faros de los vehículos que se aproximan.

  • Revisar periódicamente la graduación visual y el estado de la vista, especialmente si se conduce a menudo de noche.

  • Usar, si es necesario, gafas con tratamiento antirreflejante neutro, no tintado.

En definitiva, las gafas amarillas son más un accesorio estético que una ayuda real. Su efecto placebo y la viralidad en redes sociales han creado la ilusión de que son una solución mágica, cuando en realidad están lejos de serlo. La ciencia, de momento, no las respalda. Y en algo tan serio como la conducción nocturna, donde cada segundo de reacción y cada pequeño detalle pueden marcar la diferencia, lo último que necesitamos es una moda que comprometa la seguridad.

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