AGENDA AUTOMOTRIZ 2035
Europa decide apostar por coches menos seguros para competir con los coches chinos: los «E-car»
Ya se piensa en el escenario de la próxima década, un coche eléctrico de bajo presupuesto parece urgir en el continente, aunque prescindiendo de seguridad.

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Una cuestión de Estado. A decir verdad, en este caso corresponde hablar de una cuestión de integración, porque no se trata de lo que se determine como lo más adecuado y conveniente para un país, sino para la Unión Europea toda.
El contexto es regional y, de cara a la prohibición que regirá en diez años para la venta de coches con motores de combustión, ya se debate el siguiente tema: por qué vías llegar de la manera más adecuada a la movilidad sustituta, es decir, los eléctricos.
Aunque por ciertos fabricantes como Toyota no deberían ser considerados los ideales (a pesar de que La gran escéptica de los coches eléctricos, tiene ahora el EV más vendido en España: el Toyota que más teme el Tesla Model Y), vamos camino a ellos y en Europa el futuro tiene forma de batería. Partiendo de ahí, la democratización de los eléctricos ya se puso en marcha, con urbanitos y compactos de bajo coste y cada vez más asequibles.

Un e-car como respuesta a China
Pero, de cara a la siguiente década, los representantes del sector, en conjunto con Ursula von der Leyen, presidenta de la Unión Europa, empezaron a mirar más allá en el reciente IAA Mobility 2025, el Salón del Automóvil de Múnich.
¿El objetivo? Dar con el tipo de coche eléctrico preciso y de alcance masivo para inundar las ciudades, autopistas y carreteras del continente cuando de las plantas dejen de salir vehículos a gasolina y diésel, escenario que se dará en 2035.
Para ello, el modelo japonés –no modelo en tanto coche, sino en cuanto a método– fue el planteado en esta suerte de cumbre. Te preguntarás de qué modelo se trata. Los directivos de la industria y la UE consideran inspirarse en los automóviles pequeños como una necesidad regional. No cualquier pequeño, sino el coche pequeño para Europa, así como en Japón cuentan con el denominado kei-car.

El caso japonés como inspiración
En definitiva, un tipo de coche, el tipo de coche eléctrico europeo. Si lo estás leyendo por primera vez, el kei-car es un tipo de carrocería de medidas limitadas, impulsado por el Gobierno para exprimir los espacios en calles y aparcamientos, que en el país asiático no abundan, sino todo lo contrario. Allí, estos vehículos no deben medir más de 3,4 metros de largo, no pueden pasar el ancho de 1,48 metros y destacan por voladizos que prácticamente brillan por su ausencia.
Si en el mercado japonés esta normativa apunta a resolver los problemas ocasionados por los espacios reducidos y la densidad vial –en la actualidad, aproximadamente el 40 por ciento del mercado nacional corre por cuenta de estos peculiares automóviles–, aquí son otras las razones.
En Europa, la misión es alcanzar la mencionada democratización y, además, hacerle frente a la competencia que ya están planteando los fabricantes chinos. En el encuentro en la capital bávara, un primer punto de partida salió de la boca de Ursula von der Leyen.

El coche eléctrico por Europa y para Europa
"Europa debería tener su propio coche eléctrico. E de ecológico: limpio, eficiente y ligero. E de económico: asequible para las personas. E de europeo: fabricado en Europa con cadenas de suministro europeas. Porque no podemos permitir que China y otros conquisten este mercado", deslizó la presidenta de la Comisión Europea.
Al tratarse de futuros eléctricos de muy bajos costes de fabricación, es probable que lleguen a los clientes con menos normativas de seguridad por cumplir, lo que desde Stellantis y el Grupo Renault ya habían propuesto a mitad de este año. Aunque tampoco sería raro que estos vehículos estuvieran limitados a un uso concreto, como podría ser el uso urbano a bajas velocidades. Si tenemos en cuenta que muchos de los vehículos que utilizamos hoy en día no salen del casco urbano, esta podría ser una buena solución para un gran porcentaje de vehículos. Al menos, así lo sería si eso supone abaratar el producto.
Hace años que venimos hablando de coches que se venden en otros países a precios mucho más bajos pero no en Europa, principalmente porque no cumplirían la normativa de seguridad, como era originalmente el BYD Dolphin más barato, que ha llegado en una versión modificada como Dolphin Surf. Claro está, todos queremos seguridad para los nuestros, pero es evidente que no se necesitan los mismos materiales ni los mismos estándares para coches que van a tener que soportar realizar cientos de miles de kilómetros a alta velocidad, que coches que vamos a usar para movernos por ciudad.
El primero de muchos capítulos, pero la noticia es contundente. Mirando ya a la próxima década, debemos prepararnos para el coche eléctrico europeo, hecho por Europa y para los conductores del continente. Un diseño homogéneo que abarcará a todas las marcas.
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