EURO7

Euro 7 cambia las reglas: los eléctricos ya no son intocables y ya miden sus emisiones

Durante años, los coches eléctricos han sido vistos casi como intocables: sin tubo de escape, sin emisiones directas, con privilegios en zonas urbanas. Pero con la llegada de la nueva normativa Euro 7, esa ventaja va a desdibujarse.

Cargando un coche eléctrico

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Durante años, los coches eléctricos han sido vistos casi como intocables: sin tubo de escape, sin emisiones directas, con privilegios en zonas urbanas. Pero con la llegada de la nueva normativa Euro 7, esa ventaja va a desdibujarse: los eléctricos también empezarán a medirse y “penalizarse” por lo que hasta ahora se ignoraba.

A partir de noviembre de 2026, los vehículos eléctricos de nueva homologación tendrán que cumplir límites específicos de partículas derivadas del frenado y del desgaste de neumáticos, fuentes de contaminación que antes no se regulaban para ellos.

La idea es clara: no solo importa el escape; la masa del vehículo, los componentes mecánicos y el uso real también serán objeto de control.

La Euro 7 obligará a que los fabricantes demuestren que sus coches cumplen los nuevos valores límites bajo condiciones reales, no solo en laboratorio.

Para los usuarios eléctricos, esto implica que algunos privilegios podrían reevaluarse: exenciones fiscales, acceso a ZBE, y criterios de valorización podrían adaptarse según las emisiones reales del vehículo. La era en que un eléctrico era “libre de emisiones” queda atrás: Euro 7 rompe ese mito y plantea un enfoque más completo del impacto ambiental del coche.

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