EL ERROR ESTÁ EN EL ORDEN

Este experto en bebés explica los errores que todos cometemos al usar la sillita del coche y cómo evitarlos

La realidad es tozuda: más del 50% de los niños en Europa no usan correctamente su Sistema de Retención Infantil, y en algunos países como Colombia, la cifra es todavía más brutal, porque el 99% de las sillas están mal instaladas según afirma el experto en seguridad infantil Eduardo Medina Torres, certificado por la National Child Passenger Safety Board. No son números para tomárselos a la ligera.

Sillitas

Con estos consejos, evitaremos cualquier lesión de gravedad a nuestros bebés cuando vayan en el cochePixabay

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Cualquiera que haya intentado meter a un niño en la sillita del coche sabe que es tan fácil como sujetar a un Gremlin hiperactivo (a no ser que tengas uno de esos que se quedan sopa a la mínima). Entre los gritos, los brazos que se escapan como si fueran de goma con sus manitas al final pringando todo y las prisas por llegar, es muy fácil que terminemos cometiendo errores de manual. Lo peor es que esos fallos, aunque parezcan pequeños, pueden marcar la diferencia en caso de accidente.

La realidad es tozuda: más del 50% de los niños en Europa no usan correctamente su Sistema de Retención Infantil, y en algunos países como Colombia, la cifra es todavía más brutal, porque el 99% de las sillas están mal instaladas según afirma el experto en seguridad infantil Eduardo Medina Torres, certificado por la National Child Passenger Safety Board. No son números para tomárselos a la ligera.

Por suerte tenemos a divulgadores especializados como @mimabebes que están empeñados en que dejemos de jugar a la ruleta rusa con la seguridad de nuestros peques, y hoy vamos a repasar contigo, de tú a tú cuáles son esos errores típicos que cometemos al usar la sillita del coche… y cómo evitarlos.

El error más repetido: el orden de ajuste del cinturón

El fallo estrella que cometen muchos papás y mamás es no seguir el orden correcto a la hora de aflojar, colocar y apretar el arnés. ¿El resultado? Una sujeción mediocre que puede dejar al niño más expuesto de lo que imaginas.

¿Y cuál es el orden correcto? Primero hay que aflojar el arnés del todo antes de meter a los peques. Nada de intentar encajarlos a presión con las correas ya tensas, porque entonces ni se acomoda bien ni el cinturón se ajusta como toca. Una vez sentados con la espalda y la cadera pegadas al respaldo, llega el momento de abrocharde abajo arriba: primero las hebillas de los muslos, luego el cierre del pecho.

Por último viene el paso que todos hacen a medias:tensar bien las correas. Para comprobar que el ajuste es correcto, existe la llamada “prueba del pellizco”, que consiste en intentar pellizcar la correa en el hombro y, si logras agarrar tela sobrante, significa que el arnés está demasiado suelto. Solo cuando no hay nada que pellizcar podemos respirar tranquilos.

Otros fallos que parecen pequeños… pero no lo son

La lista de meteduras de pata con la sillita da para escribir un manual. Uno de los errores más comunes es ajustar la tensión mal porque si va demasiado flojo, tu peque se moverá más que un osito en una lavadora, y si va demasiado apretado sentirá incomodidad y también saldría peor parado en caso de accidente. El truco está en que quepan uno o dos dedos entre el cuerpo y la correa, no más.

Otro clásico es colocar mal la altura del arnés. No es lo mismo que los nenes viajen a contramarcha que de frente: si van hacia atrás, las correas deben salir al nivel de los hombros o un poco por debajo, y si van hacia adelante, a la altura o un poco por encima. No lo olvides nunca.

Ojo al clip del pecho, que es ese que muchos dejan a la altura del estómago o, peor, del cuello. Lo correcto es que quede siempre a la altura de las axilas. Si baja demasiado, tu peque puede deslizarse (“efecto submarino”); y si sube demasiado, será muy incómodo.

Consejos para no volver a fallar

Vale, ya sabes qué errores evitar. Ahora la pregunta es: ¿cómo hacerlo bien cada vez, incluso cuando vas con prisas? Pues mediante una rutina más sencilla que los convos del Tekken: aflojar del todo – colocar – abrochar – tensar – prueba del pellizco. Siempre en ese orden, sin excepciones.

Además, acuérdate de algo que muchos olvidan: nada de abrigos gordos dentro de la silla. Sí, puede dar pereza quitarle el plumas al crío en invierno, pero ese acolchado impide que el cinturón quede realmente pegado al cuerpo y lo convierte en un peligro. Mejor ponle una manta por encima una vez ajustado y listo.

Por último, dedica siempre un minuto extra antes de arrancar para comprobar que todo está en su sitio. Que la silla no se mueve más de un par de centímetros, que no hay dobleces en las correas, que tu peque está cómodo y bien sujeto. No es tiempo perdido: es la diferencia entre confiar en la silla de verdad o en una falsa sensación de seguridad.

Formación y conciencia: la clave

Los perfiles divulgativos como @mimabebes insisten en que siempre hace falta más información y más formación, porque la mayoría de padres cree que lo hace bien, y sin embargo las cifras demuestran lo contrario. Instalar una sillita no es complicado, pero requiere atención, método y un poco de práctica.

Al final, de lo que se trata es de interiorizar el protocolo correcto y repetirlo siempre igual. Como cuando te abrochas tu propio cinturón: lo haces en automático, sin pensar. Esa es la meta con las sillas infantiles.

Porque sí, lidiar con un niño que se retuerce no es fácil, pero si interiorizas estos pasos y corriges los errores más típicos, cada viaje será mucho más seguro, y al fin y al cabo, de eso se trata: de que el coche lleve a toda la familia a destino con la tranquilidad de saber que lo estás haciendo bien.

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