SUV COMPACTO CHINO
Este eléctrico cuesta menos que muchos gasolina… y va mejor equipado
Un Omoda frente a un rival alemán y otro norteamericano; el foco en los esquemas digitales; ¿cuánta diferencia de precios hay?

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El resurgir de los modelos cien por ciento eléctrico implica un cambio en el posicionamiento. Estos coches se están democratizando, atrás están quedando los días en los que un EV era, sin excepciones, más caro que un automóvil a gasolina. Hoy, las opciones cero emisiones económicas van en aumento y es sencillo encontrar propuestas más baratas que los de combustión dentro de un mismo segmento.
Mucho tiene que ver la proliferación de fabricantes chinos, que, con su avanzado desarrollo en materia de baterías, se están encargando de abarcar la escena, del más pequeño urbano al más grande de los SUV, llenando vacíos e incluso obligando a marcas europeas a estar a la altura de la competencia. Un ejemplo inmediato lo encontramos entre los C-SUV: el OMODA 5.
Un eléctrico que, aunque cumpla con el rango suficiente para realizar viajes de media y larga distancia con una sola carga, con sus 430 kilómetros homologados no es lo más sobresaliente en autonomía combinada que te puedes encontrar. Aunque este coche es más que lo que da en eficiencia. Ante todo, es precio-calidad, porque, por un valor competitivo como pocos, trae un equipamiento que, en diversos aspectos, resulta superior al que ofrecen modelos con motores de gasolina más costosos.

El OMODA 5 vs. el Volkswagen Tiguan
Partiendo de estos últimos, tenemos, por ejemplo, al Volkswagen Tiguan, un SUV compacto que, en su modo híbrido ligero eTSI 1.5, parte por encima de los 36.000 euros con financiación. No se puede negar su superioridad. En 2023 fue lanzada su nueva generación y, con ella, un amplio y más digitalizado repertorio que incluye un juego de luces exteriores interactivas y un esquema interior en el que la protagonista es la pantalla multimedia de 15 pulgadas con inteligencia artificial.
Si partimos de la comparación con esa versión de motor específica combinada con el acabado de entrada, la ventaja es toda del SUV chino, cuyo tope de gama sigue siendo más barato que el anterior: unos 10.000 euros más accesible. Con ocho altavoces, asientos delanteros deportivos calefactables y ajustables –la fila trasera también incluye calefacción–, un total de 64 colores disponibles para la iluminación ambiental y una cámara HD de 360 grados en la versión Premium, el OMODA 5 inclina la balanza.
Y sí, la pantalla central del SUV chino es más chica que la del Volkswagen, pero eso no significa que la del modelo alemán se posicione un paso adelante. El Tiguan, en esta comparativa, se ha quedado un tanto atrás. Dada la tendencia en crecimiento de las pantallas unificadas, el Omoda dispone de una de 12,3 integrada en un único panel junto al instrumental, que también es de 12,3 pulgadas y, por lo tanto, superior al cuadro de 10,25 del Volkswagen. Además, el equipamiento del acabado básico del Volkswagen para la seguridad es complejo, pero no se compara con las 16 asistencias del Omoda.

El OMODA 5 vs. el Ford Kuga
Su competencia también es clara en relación con el Ford Kuga. Ambos cuentan con equipamientos similares, pero, una vez más, termina siendo más recomendable apostar por el nivel máximo del Omoda 5 antes que por el más simple de su rival. En el C-SUV de la marca norteamericana encontramos un cuadro digital que también es de 12,3 pulgadas y en su pantalla, algo más grande –de 13,2 pulgadas– la cámara 360, al igual que el chino.
Sin embargo, esta cámara se obtiene a partir del tercer acabado, el ST-Line X, que sale 10.000 euros más. De manera tal que con el tope de gama del chino te ahorras unos 6.000 euros, comparándolo con el Kuga Titanium 1.5 Ecoboost, versión de acceso, que cuesta más de 31.000 euros y no cuenta con la 360. En sistema de audio, el Omoda también es mejor, ya que ese Kuga de entrada a la gama ofrece hasta seis altavoces.
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