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Una multa de velocidad, anulada gracias al tiempo

El insólito recurso que ha permitido a un conductor anular una multa por circular a 185 km/h

Los radares no son perfectos, y precisamente eso es lo que ha permitido que un conductor pueda recurrir con éxito una multapor exceso de velocidad.

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En la actualidad, los cinemómetros -más conocidos como radares de velocidad- cuentan con tecnología puntera que les permiten actuar con garantías en -casi- cualquier situación, algo que no sucedía antaño, cuando elementos como la meteorología influían hasta el punto de casi impedir de manera completa su correcto funcionamiento.

Ahora los radares son mucho más avanzados y, por tanto, más precisos e inteligentes…aunque siguen sin ser perfectos. La prueba la encontramos en la sanción que un conductor de una furgoneta recibió hace unos meses, en la que se especificaba que este vehículo había sido detectado circulando a nada más y nada menos que 186 km/h en una vía limitada a 60 km/h a consecuencia de unas obras.

El conductor se enfrentaba por tanto a una supuesta infracción de tipo muy grave que suponía la retirada de 6 puntos del carnet de conducir, una multa económica de 600€ y, además, la retirada del permiso de conducir entre uno y cuatro años junto con la entrada en prisión entre tres y seis meses.

El presunto infractor decidió recurrir la multa, alegando que el funcionamiento del radar no era correcto, algo que la administración negó presentando el pertinente informe de calibración actualizado, documento que acredita que el funcionamiento del radar es correcto. Sin posibilidad de seguir avanzando por ese camino, la abogada contratada por el conductor, Patricia Rodrigo, pidió un informe a la AEMET (Agencia Estatal de Meteorología) que confirmaba que en el momento de la infracción la borrasca Gloria azotaba la Península, ocasionando tanto fuertes lluvias como incluso nevadas.

Con esta documentación se encargó un nuevo informe, esta vez pericial, en el que se apuntaba que las gotas de lluvia, el hielo y la nieve podían alterar el funcionamiento del radar a consecuencia de las modificaciones en el fenómeno de refracción que rige el emisor de radar. Con ambos informes, el juez encargado del caso consideró probado que el radar no funcionó correctamente, anulando por tanto la sanción.

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