CONDUCCIÓN SEGURA
Distracciones como comer o discutir al volante te pueden costar la vida, o al menos una buena multa
La Dirección General de Tráfico ha llevado una campaña especial centrada en los que se empeñan en no prestar atención a la carretera. Y es que puede salir muy caro. Ya no solo en la multa, sino que puede costar la vida.

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Cafés volcados sobre el cambio de marchas. Sesión de maquillaje en los atascos de la M-30. Conductores gritando al navegador de Google por perderlos. Discusiones de pareja a tres carriles. Y hasta bocadillos de salsa manchando toda la tapicería mientras el conductor hacer malabarismos para evitarlo. Todos esos breves momentos son tan efímeros como los puntos del carnet porque durante esta semana la DGT nos ha recordado que ese tipo de gestos tan normales no solo distraen, sino que salen más caros que cenar langosta.
El mensaje que compartieron en X está más claro que el agua: “No solo el móvil distrae. Solo un segundo de distracción basta”. Es una frase tan evidente como necesaria, porque muchos conductores siguen creyendo que lo peligroso es mandar un WhatsApp, cuando en realidad cualquier acción que te haga apartar la vista del asfalto puede terminar en tragedia. Tanto que están por encima del exceso de velocidad o del consumo de alcohol como causa de accidentes. Y eso es algo realmente asombroso.

La campaña de la DGT: más ojos que nunca en las carreteras
Desde el pasado lunes y hasta este domingo 12, la Dirección General de Tráfico ha llevado a cabo una campaña especial centrada en los que se empeñan en no prestar atención a la carretera. El objetivo ha sido quitar las ganas de apartar la vista “solo un segundo” y terminar metiendo el coche debajo de un camión. Durante estos días se han intensificado los controles tanto en vías urbanas como interurbanas, y ya no solo hemos visto a agentes con el alcoholímetro, sino mucho más pendiente de distracciones al volante.
Las sanciones son conocidas, pero conviene recordarlas: usar el teléfono móvil sujetándolo con la mano se castiga con 200 euros y la pérdida de seis puntos. Si se manipula el dispositivo sin tenerlo en la mano (por ejemplo, con un soporte), la multa económica es la misma, pero se pierden tres puntos. Lo mismo ocurre si programas el GPS en marcha, que es algo que tú y yo hacemos. En todos los casos, multazo.
Además ya no hace falta parar al coche gracias a las cámaras inteligentes y a los controles a pie de carretera, que hacen que detectar este tipo de comportamientos sea más fácil que silbar. ¿Es excesivo?. No, porque un solo segundo mirando la pantalla puede equivaler a recorrer más de 30 metros sin controlar lo que pasa delante, y esa cifra impresiona más cuando la piensas en un coche averiado que aparece de la nada.

Comer, maquillarse o discutir también distraen (y también se multa)
Aunque el foco mediático siempre se lo lleva el teléfono, la Policía Municipal de Madrid ha recordado que hay muchas otras distracciones castigadas por la ley. Comer un bocadillo, maquillarse en un semáforo, o girarse para discutir con el copiloto son también conductas sancionables aunque con multas más leves de hasta 100 euros, al considerarse una infracción por no mantener el control del vehículo en todo momento. No quitan puntos, pero pueden darte el día.
Todas estas situaciones están reguladas en el artículo 18 del Reglamento General de Circulación, que obliga al conductor a mantener la atención permanente sobre la conducción y el control del coche. Todo cuenta si en ese instante el coche se mueve y tú no estás plenamente concentrado.
Por eso, insistiré: no se trata de recaudar en este caso, sino de recordar que la atención al volante no admite multitarea. Si hay hambre, se para; si hay una discusión pendiente, que espere al destino, o que se baje uno y pida un taxi. Aunque parezca una exageración, la mayoría de accidentes por distracción comienzan con algo tan banal como un gesto automático.

Un recordatorio que va más allá de la multa
Como explicó el jefe provincial de Tráfico de Madrid, Cristóbal Cremades, las distracciones están presentes en el 30% de los accidentes mortales, una cifra que no baja pese a las campañas informativas. Por eso este tipo de operaciones son necesarias para recordar que no hay tecnología ni radar que sustituya al sentido común.
Comer en el coche, maquillarse, discutir… pueden parecer acciones inocentes, pero cuando uno va al volante restan segundos en los que puede pasar todo, y puedes perderlo todo. Hay todavía muchos conductores convencidos de que a ellos no les va a pasar nada hasta que les pasa.
Porque puede que tú no bebas al conducir, o que no vayas a velocidades de locura. Pero distraerse conduciendo es algo mucho más común de lo que parece. Puede ser configurar unas funciones del coche, repasar algún texto que se nos ha quedado para última hora, ponerse una corbata o buscar algo en la mochila. La estadística dice existen tantas probabilidades de que tengas un accidente mortal por distracción que por haber bebido o haber ido a alta velocidad. Si ni siquiera te planteas esas burradas, es bueno que tengas muy presente que las distracciones son igual de peligrosas.
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