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Podría suscitar polémica

La DGT dice no a la reforma de etiquetas y sigue premiando, injustamente, a los microhíbridos

La DGT aplaza la reforma de las etiquetas medioambientales, lo que mantiene la polémica hacia ciertos vehículos microhíbridos.

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Vivimos en un contexto legislativo que busca velar por el cuidado del medioambiente por medio, principalmente, de hacer al vehículo privado más sostenible. Para ello se ideó el sistema de etiquetas medioambientales de la DGT, pero la intención de cuidar el planeta de este no quiere decir que sea perfecto, motivo por el que se planteó una reforma. Tras la negativa a realizarla, nos seguimos encontrando con la polémica etiqueta ECO y de cómo beneficia, injustamente, a ciertos vehículos microhíbridos.

Y es que desde que nació este sistema de etiquetas se tuvo en cuenta solo un factor: el tipo de motor que usa cada coche. Así, las etiquetas B, C, ECO y CERO se reparten indistintamente del nivel de emisiones de cada vehículo, sino del tipo de mecánica que se encuentre en sus entrañas y según la normativa Euro bajo la que fue concebido cada coche.

Con esta premisa, tan solo la etiqueta CERO está siendo concebida de una manera relativamente justa. Esto se debe a que este distintivo tan solo se aplica sobre vehículos 100% eléctricos o híbridos enchufables con una autonomía mínima en modo eléctrico de 40 kilómetros, mientras que las etiquetas ECO sufren una mayor injusticia.

Y es que una de las mayores premisas por las que se iba a reformar la distribución de las etiquetas medioambientales era, precisamente, por aplicarlas por tipo de mecánica y no por emisiones producidas. Así, nos encontramos con vehículos híbridos puros que cuentan con el distintivo ECO, que aporta importantes ventajas, tales como disfrutar de un 50% de descuento en la zona de aparcamiento SER.

Sin embargo, este beneficio también lo experimentan otros vehículos que cuentan con el apoyo de un pequeño motor eléctrico que ofrece más rendimiento y no tanto una menor cantidad de emisiones de CO2. De esta manera, vehículos como el Audi RS6 Avant, un familiar que cuenta con un V8 biturbo de 600 CV, muestra la misma etiqueta que un Toyota Yaris, por ejemplo.

Es por ello que, mientras que no se tengan en cuenta las emisiones de CO2 a la hora de atribuir etiquetas, nos seguiremos encontrando con ciertas polémicas en lo que a reparto de etiquetas de la DGT se refiere. Sea como fuere, se espera que sea más pronto que tarde que entre en vigor la correspondiente reforma sobre la que la Dirección General de Tráfico aún no ha dado fechas ni estimaciones.

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