¿Eres de los que busca evitar las multas por velocidad con las nuevas tecnologías? No eres el único. Hoy en día, muchos son lo que se hacen un con un detector o un avisador de radares, pero ¡ojo! no los confundas porque no son lo mismo y tampoco están regulados por ley de la misma forma. Lo primero que debes saber es que hay tres tipos diferentes de dispositivos, y no todos son legales. Los inhibidores de radares: Están diseñados para detectar los radares -tanto fijos como móviles- y anulan el efecto de estos. Si llevas un inhibidor en el coche, seguro que lo tienes bien escondido porque si te pilla la Guardia Civil, no sólo tendrás que desinstalarlo, sino que te llevaras una multa de 6.000 euros y la pérdida de 6 puntos en el carné de conducir. Los detectores de radares: Son dispositivos más pequeños y su objetivo es alertar de la proximidad de un radar -tanto fijo como móvil-. Al igual que los inhibidores, están prohibidos por la Ley de Tráfico de 2014. ¿Las consecuencias de llevar uno en el coche? Una multa de 200 euros y la retirada de 4 puntos del carné. Los avisadores de radares: Se incluyen en los navegadores GPS y prácticamente son una base de datos con los radares fijos registrados. Sólo alertan de su posición, ni detectan la ubicación de los radares móviles, ni inhiben su actividad. Son los más comunes y los únicos que están permitidos. En Centímetros Cúbicos: , ,