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POR ENCIMA DE 30 GRADOS

Cuidado con la calefacción en el coche: puede tener el mismo efecto que el alcohol

En invierno es tan necesaria como peligrosa si no la usamos correctamente: un exceso de calor puede provocar los mismos efectos que el consumo de alcohol.

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En los meses más fríos del año, la calefacción se convierte en una de las partes del equipamiento del coche que más empleamos. No sólo ayuda a desempañar los cristales mejorando la visibilidad, también es la encargada de establecer una temperatura agradable para el conductor y sus acompañantes. Sin embargo, hay que tener cuidado con este último aspecto: un exceso de calor tiene los mismos efectos que conducir bajo los efectos del alcohol.

Si no la utilizamos adecuadamente, la calefacción puede convertirse en un riesgo ya que poner el climatizador a una temperatura excesiva puede ser perjudicial. La consecuencia más peligrosa para el conductor es la somnolencia: el calor afecta a la capacidad cognitiva ya que el sistema nervioso y motor pierden rendimiento de forma notable. A esto hay que añadir que crece el agotamiento y tanto la capacidad perceptiva como la de reacción es menor.

Una tasa de 0,5 gramos

No en vano, son varios los estudios que comparten una misma conclusión: es igual de peligroso circular en un coche con el interior sobrecalentado que hacerlo habiendo consumido alcohol. Conducir con el habitáculo a 30 grados o más tiene unos efectos semejantes a un nivel de alcoholemia de 0,5 gramos por litro de sangre. Sí, es el límite permitido por la ley.

Tal y como apunta la Dirección General de Tráfico y la Guardia Civil, para un hombre que pesa entre 70 y 90 kilos los efectos son parecidos a los que se producen cuando ha bebido dos tercios de cerveza antes de ponerse al volante. En el caso de las mujeres equivale al consumo de un tercio de la misma bebida.

La temperatura adecuada

Las mismas autoridades recuerdan que la temperatura adecuada para llevar a cabo una conducción sin riesgo oscila entre los 20 y los 22 grados: de esta manera se genera un ambiente cálido sin maltratar el sistema de calefacción.

A este consejo añaden que hay que esperar a que el motor se caliente para poner en marcha la calefacción, abrir primero los aireadores de los pies para que el calor se distribuya mejor teniendo en cuenta que sube por su peso y combinarlo con el aire acondicionado para disipar la condensación en los cristales del vehículo ya que, así, también eliminaremos la humedad del interior del vehículo.

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