Centímetros Cúbicos» Noticias Motor

El problema de unas malas condiciones meteorológicas

Cuando el problema llega desde el aire: 3 consejos para conducir con calima

La calima no es un fenómeno muy común en nuestro país, pero puede llegar a resultar peligroso para muchos conductores

Publicidad

El factor meteorológico es clave a la hora de circular con seguridad: la meteorología puede jugar un papel crucial si hablamos de seguridad vial, de ahí que nosotros, los conductores, debamos saber adaptar nuestra manera de conducir a las condiciones con las que nos vayamos encontrando en la carretera.

Éstas condiciones pueden ser cambiantes y variables, siendo algunas de ellas difíciles de gestionar y manejar. Es el caso de la calima, un “enemigo” que suele estar compuesto por partículas de arena y polvo en suspensión, que en contacto con masas de aire cálidas son capaces de viajar cientos y cientos de kilómetros para “establecerse” sobre nosotros en una suerte de niebla que puede resultar, incluso, peligrosa. ¿Cómo conducir con calima?

• Luces encendidas

Puede que no lo creas, pero la calima dificulta enormemente la visibilidad, por lo que resulta imperante que, si tenemos que circular envueltos en calima, lo hagamos con las luces de cruce siempre encendidas. Parece que no tengamos la sensación de que no estamos mejorando nuestra capacidad de visión, pero durante la calima las luces de cruce no son para eso, sino para hacer que el resto de conductores que circulan con nosotros sepan en todo momento dónde nos encontramos.

• Ventanillas cerradas

Las ventanillas comienzan a abrirse por estas fechas: la temperatura es más agradable y, por lo tanto, resulta cómodo circular con algo de corriente en el coche, algo que también es aconsejable si viajamos con más personas que no son convivientes. Sin embargo, durante la calima es mucho mejor viajar con las ventanillas cerradas y la climatización encendida.

Las enormes cantidades de polvo y tierra pueden irritar nuestros ojos y nuestras fosas nasales con el paso del tiempo, haciendo que la conducción se convierta en un suplicio, por lo que conviene encender la climatización y, a poder ser, activar el modo de recirculación de aire si nuestro filtro del habitáculo no se encuentra en su mejor momento.

Menos velocidad

Con la calima sucede algo similar a lo que sucede con la niebla: la visibilidad se reduce notablemente y, por tanto, nuestra capacidad de reacción. Por eso, conviene reducir la velocidad y adaptar nuestra circulación a la capacidad de visión que obtenemos con la calima. Olvídate también de llevar a cabo maniobras que entrañen cierto riesgo, como los adelantamientos en carretera convencional.

Publicidad