VAN A POR EUROPA
China quiere acabar con el Volkswagen Golf y los GTI europeos con el nuevo coche de la firma china de Stellantis
Hasta ahora las marcas chinas habían jugado con un mercado muy concreto. Pero ahora se han planteado ir a por los GTI: el Golf, el Focus, el León o el Astra siguen ahí porque el coche compacto es más europeo que la Torre Eiffel, los espaguetis y la Puerta de Alcalá. Pero China acaba de poner el foco con el Leapmotor B05.

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Hasta ahora las marcas chinas habían jugado con un mercado muy concreto: un gritón de SUV de todos los tamaños y algunos utilitarios eléctricos a precio de derribo. Con esa estrategia les ha ido bastante bien porque han sabido colocar productos donde el mercado europeo estaba más caliente, pero llega un momento en que toca saltar a la piscina de los mayores, la de los compactos, que es un segmento que aquí tiene un peso histórico enorme y que se ha mantenido firme frente a modas pasajeras. Sí, los SUV arrasan, pero el Golf, el Focus, el León o el Astra siguen ahí porque el coche compacto es más europeo que la Torre Eiffel, los espaguetis y la Puerta de Alcalá.
Ese territorio, hasta hace nada intocable para las marcas chinas, se acaba de abrir de par en par con el Leapmotor B05, un compacto 100% eléctrico que no es cualquier coche chino más, porque viene con el respaldo de Stellantis, un grupo que no es precisamente un recién llegado, y lo hacen apuntando directamente al Volkswagen ID.3, que hasta ahora se había quedado relativamente cómodo en el papel de "Golf eléctrico y raro". La llegada del B05 no solo rompe ese equilibrio, es que da más miedo que el camión del malo en el retrovisor.
Los chinos no solo presentan un coche más barato que la referencia alemana, sino que lo hacen con un producto que mide 4,43 metros, que tiene un diseño atractivo y que recuerda sospechosamente al Golf en sus proporciones. En otras palabras: vienen a jugar al mismo juego, pero con la baraja marcada.

Leapmotor B05: el rival inesperado
El B05 se presentó en el Salón de Múnich como quien llega tarde a una fiesta pero con una botella más grande que la de los demás. Su precio será inferior a los 30.000 euros antes de ayudas, lo cual significa que, con el Plan MOVES, se podría quedar por debajo de los 23.000, y claro, cuando pones esas cifras al lado de lo que cuesta un ID.3, el debate ya no es tanto sobre autonomía o acabados, sino sobre si merece la pena pagar varios miles más por llevar el logo de Volkswagen.
La apuesta técnica tampoco es moco de pavo. Aunque Leapmotor todavía no ha enseñado todos los datos, se sabe que usará baterías de 56 o 67 kWh, con una autonomía homologada de hasta 420 kilómetros. Llevará un motor de 215 caballos colocado en el eje delantero, lo que garantiza que no será un coche torpe precisamente, y además incorpora un detalle que a los ingenieros europeos les va a escocer: su propulsor no utiliza tierras raras en los imanes, sino hierro, con lo que abarata costes y evita dependencias incómodas (De la propia China). Es decir, que no solo compiten en precio, también en innovación.
Por fuera juega la carta de lo reconocible pero con detalles que lo hacen único. Tiene un frontal afilado, puertas sin marco y unas llantas de 19 pulgadas que llenan bien los pasos de rueda. Desde atrás, el antifaz luminoso recuerda un poco a Porsche, lo cual es un guiño para el público europeo que, admitámoslo, siempre cae rendido ante los alemanes aunque el coche se fabrique a 9.000 kilómetros. Lo dicho: no vienen a probar suerte, vienen a por todas.

El segmento de los compactos es un hueso duro de roer
Meterse en el terreno del Golf no es ninguna broma porque estamos hablando de un coche que lleva décadas siendo el referente europeo, el coche que define lo que debe ser un compacto y que se sigue vendiendo como churros incluso con toda la marea SUV. Es el mismo coche que hizo que los americanos perdiesen el culo por desarrollar sus propios compactos. Que los chinos hayan decidido dar este paso dice mucho de cómo han cambiado las tornas, porque saben que si conquistan este territorio, habrán tenido una victoria decisiva.
Lo hacen en un momento en el que el propio Golf se encuentra en plena transición, con un futuro incierto entre versiones de combustión, híbridos enchufables y su versión eléctrica, el ID.3, que ha mejorado bastante con el tiempo pero que todavía arrastra la etiqueta de ser caro para lo que ofrece. Aquí es donde Leapmotor y compañía pueden meter la cuña, porque si un cliente puede tener un coche igual de práctico, igual de espacioso y encima más barato, la tradición pesa, sí, pero el bolsillo pesa más.
¿El consumidor europeo está dispuesto a dar el salto a una marca que apenas lleva un par de años sonando? La confianza no se construye de la noche a la mañana y los chinos lo saben, pero por eso se han aliado con grupos como Stellantis, que sí tienen red comercial, servicio posventa y experiencia en lidiar con los caprichos del cliente occidental. No es solo vender un coche más barato, es dar garantías de que ese coche no se quedará sin recambios a los tres años.

Otro segmento que se quedan
Lo que está claro es que la llegada del Leapmotor B05 marca un antes y un después. Ya no hablamos de coches chinos que ocupan huecos que los europeos habían dejado descuidados, ahora hablamos de un ataque directo al corazón del mercado. El Golf, el León, el Focus… todos ellos tendrán que acostumbrarse a mirar de reojo a un nuevo invitado que llega con hambre y sin complejos.
El precio será su gran baza, pero no la única. La innovación técnica, diseño reconocible y el respaldo de Stellantis hacen que el B05 tenga muchas papeletas para convertirse en algo más que una curiosidad pasajera, y eso, para un segmento tan serio como el de los compactos, es casi un terremoto.
Porque, seamos sinceros, si alguien hace diez años te hubiera dicho que un compacto chino sería rival directo del Golf y encima más barato, probablemente te habrías reído. Hoy, sin embargo, no hace ninguna gracia en Wolfsburgo.
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