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EVITAR MALES MAYORES, UNA PRIORIDAD

Accidentes de tráfico: cuando intentar ayudar empeora las consecuencias del siniestro

Los accidentes de tráfico son estadísticamente casi imposibles de erradicar, pero minimizar sus consecuencias es una tarea de todos.

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Los accidentes de tráfico son una de las principales causas de mortalidad en nuestro país (y en buena parte de países occidentales), por lo que las administraciones centrales emplean buena parte de sus esfuerzos en intentar reducir, en la medida de lo posible, el número de siniestros de circulación. Además, la industria del automóvil fabrica en la actualidad los coches más seguros de la historia, con numerosos asistentes a la conducción diseñados para evitar sufrir un accidente o, en caso de que éste se produzca, minimizar sus consecuencias.

En cualquier caso, cuando se produce un accidente de circulación, el resto de conductores cuenta con la obligación de asistir y socorrer a los implicados siempre que éstos lo necesiten, teniendo además el deber de avisar a la mayor brevedad a los servicios de asistencia para que puedan ayudar lo mejor posible a las víctimas del accidente cuando sea necesario. Seguro que te suenan las siglas "P.A.S", que corresponden a las 3 claves que todo usuario debe tener presenta a la hora de intervenir en un accidente de tráfico:

  • Proteger: es primordial asegurar nuestra propia integridad antes de ayudar al resto.
  • Avisar: alertar a las autoridades es básico, ya que los profesionales pueden personarse en pocos minutos, tomando el control de la situación.
  • Socorrer: ayudar a los implicados en un accidente de tráfico puede marcar las diferencias entre unas consecuencias mínimas o mucho daño que lamentar.

Cuando intentar ayudar puede ser la peor decisión

Una de las situaciones más llamativas e impactantes a nivel visual se produce cuando en un accidente de tráfico se produce una situación de vuelco. En ese momento, si las personas que viajaban en el interior del vehículo afectado han quedado atrapadas en su interior, nuestro primer impulso es intentar liberarlas, especialmente si el vehículo ha quedado boca abajo y, por tanto, sus ocupantes también. Seguro que has visto como en más de una ocasión muchos ciudadanos intentan dar la vuelta al coche para volverlo a colocar boca arriba.

Este gesto, lleno de buena voluntad, es extremadamente peligroso y nunca debemos llevarlo a cabo: cuando en un accidente se produce una situación de vuelco con sus ocupantes en su interior, no debemos forzar la posición del vehículo para intentar liberar a los heridos, ya que podemos provocarles daños muy severos a nivel interno. Cuando un vehículo vuelca, al darlo la vuelta se produce un gran impacto contra el suelo que puede provocar lesiones medulares irreversibles.

Si nos vemos en esa situación y los ocupantes están intentando salir por sus propios medios, con plena movilidad de sus extremidades, podremos ayudarlos. Sin embargo, en caso de atrapamiento deberemos esperar a que los sanitarios y personal de rescate se hagan cargo de la situación evitando así situaciones de peligro y consecuencias de mayor calado.

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