Un Porsche y un Alfa Romeo traen de cabeza a los propietarios de las plazas donde se encuentran aparcados

Llenos de polvo y sin ser arrancados en dos años, así se encontraban los vehículos. Harto de la situación, el propietario de las plazas decidió presentar una demanda. Tras ganarla, el juez puso fecha y hora para retirarlos del lugar. Justo cuando parecía haberse terminado el problema, el mismo día que llegó la comisión judicial al garaje para levantar el acta del lanzamiento, comenzó el jaleo.

Por injusto que parezca, nadie quería llevar a cabo el levantamiento de los coches. La grúa municipal no podía actuar en un parking privado y los responsables de la grúa privada se negaron a prestar ese servicio. La policía local de A Coruña tampoco ofreció solución.

El portavoz de los afectados, Carlos Sánchez, expuso a La Voz de Galicia que “los propietarios decidieron poner la denuncia cuando el dueño de los vehículos dejó de pagar la mensualidad de las plazas”. Tras el juicio se dictó una sentencia a favor de los afectados que autorizaba retirar los coches del lugar pero el problema era ¿cómo?. El fallo solo indicaba la hora y el lugar de la retirada pero no ofrecían medios ni soluciones para llevar a cabo el alzamiento. Solo se encargaban de acudir al lugar y el momento citados para ser testigos del procedimiento.

Finalmente, si los vehículos llegan a ser considerados como cosa abandonada, los coches serían propiedad de los que poseen las plazas y podrán hacer con ellos lo que quieran.