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Se disputa la 96ª edición

Seis vídeos que no te puedes perder de la Subida a Pikes Peak

Pikes Peak se ha ganado a pulso durante un centenar de años la fama de una de las carreras más bellas, peligrosas y difíciles del planeta.

-Peugeot Pikes Peak Dance

Peugeot Pikes Peak Dance Agencias

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La erosión que estaba sufriendo la montaña más conocida en el planeta de la competición terminó por obligar a un cambio de filosofía de una de las pruebas más longevas de Estados Unidos. Pikes Peak, con sus 4.302 metros y su espectacular parque natural ha sido el escenario de una Subida de Montaña centenaria, junto la del Monte Washington, las más popular al otro lado del charco y capaz de tener repercusión más allá de sus fronteras, atrayendo incluso a los fabricantes europeos hasta su recorrido ahora completamente asfalto. 20 kilómetros de carrera que combina una rapidísima sección inferior, con las horquillas de la parte superior que se intercalan entre rectas en la que los coches de la categoría Unlimited superan fácilmente los 200 km/h gracias a que la mayoría coquetean con el millar de caballos y cifras de relación peso/potencia muy cercanas a la unidad.

Los 19,90 kilómetros de la Subida a Pikes Peak, también conocido como la 'Carrera hacia las nubes' no permiten prácticamente ni un segundo para el respiro, es más, muchos incluso recurren a botellas de oxígeno para asegurar de que la altitud no hace estragos en su concentración. Un error, la pérdida de una referencia de la frenada no sólo puede hacerte perder unos segundos vitales para perder la competición, sino que te pueden costar una caída prácticamente al vacío. La subida más famosa del planeta es excitante y ha sido durante años capaz de dejarnos absortos viendo 10 minutos de imágenes OnBoard y tomas exteriores.

Walter Röhrl – Audi Quattro S1 E2

A pesar de que algunos de los grandes momentos de la carrera se remontan a mucho antes y que incluso durante esa década pudimos ver a piloto como Michèle Mouton enfrentarse a dicho reto, es cierto que la edición de 1987 fue una de las que más miradas atrajo debido a lo reciente que estaba la abolición de los Grupo B. Audi y Peugeot reciclaron sus coches y decidieron sacarlo a un último duelo al sol. El Peugeot 205 T16 PPIHC demostró estar en desventaja, mientras que Röhrl, con su espectacular Quattro S1 adaptado al nuevo kit aerodinámico, se llevó el triunfo y estableció un nuevo mejor registro de 10:47.85. En ese mismo año, Jochi Kleint al volante del Volkswagen Golf Bimotor llegó incluso a rodar en tiempo del Audi en la sección más baja de Pikes Peak, aprovechándose de su ligereza y su carácter neutral frente al subviraje crónico y su peso. Un problema con la suspensión dejaría a Volkswagen fuera cuando ya veía la meta, a buen seguro agrandando su leyenda ya que no nos dejó ver si las previsiones en el último sector le hubieran dejado mucho más lejos debido a la ventaja en términos de potencia del S1.

 

Ari Vatanen - Peugeot 405 T16 PPIHC

Climb Dance. A estas alturas todo el mundo al que le gusten los rallies y la competición habrá visto como mínimo medio centenar de veces el cortometraje bautizado de dicha forma, capaz de ganar premios por su calidad en prestigiosos festivales de cine y en el que se hizo famoso un gesto, el de Ari Vatanen, soltando el volante para tapar el sol de la mañana en un momento en el que circulaba a gran velocidad y se acercaba a una de las múltiples horquillas. El cortometraje, dirigido por Jean-Louis Mourey y presentado en 1990 fue montado con imágenes de la participación del propio Vatanen y de Bobby Unser en la edición de 1989, justo un año después de que Vatanen estableciera un nuevo récord que estuvo vigentes hasta 1994, con 10 minutos y 47,22 segundos.

 

Rod Millen – Toyota Celica

 

Monster Tajima – Suzuki SX4

La del japonés en 2011 fue la última gran Subida a Pikes Peak con el recorrido mixto, mitad tierra, mitad asfalto. El casi perpetuo Nobuhiro Tajima había pasado a competir contra la siguiente generación de pilotos, sin embargo, una obsesión perduraba en su mente: bajar de los 10 minutos a la hora de completar los 19,99 kilómetros de los que se compone la carrera. Tuvo que esperar a que las obras empezaran a teñir de negro la escalada para poder llevar a su Suzuki SX4 de tracción total hasta la gloria. Su tiempo quedaba marcado en la historia del PPIHC como el mejor tiempo logrado cuando el itinerario no estaba completamente asfaltado. Espectacular su crono de 9 minutos y 51,278 segundos.

 

Sébastien Loeb – Peugeot 208 T16 PPIHC

La entrada de Red Bull en el proyecto de Peugeot Sport de preparar un vehículo capaz de dominar la subida de montaña más famosa del planeta trajo consigo la figura del nueve veces Campeón del Mundo de Rallies. El alsaciano, que ya estaba dando sus últimos coletazos dentro del WRC decidió aceptar el reto de pilotar el Peugeot 208 T16 PPIHC, algo que le llevó a encarar la prueba con la intención de rebajar el récord absoluto de la carrera en más de un minuto, aprovechando la relación peso/potencia de su prototipo 4x4 y el recorrido completamente asfalto hasta la cumbre. Su registro, 8 minutos y 13,878 segundos parecía que iba a mantenerse instalado en lo más alto de la general durante décadas, sin embargo, la llegada de Volkswagen Motorsport parece ser decisiva para que otro francés, Romain Dumas desbanque a su compatriota.

 

Rhys Millen – DRIVE eO PP03

Un Megawatio de potencia. Esa es la cifra tan rimbombante que lucía en todos los datos oficiales el DRIVE eO PP03 pilotado por el neozelandés Rhys Millen, hijo de Rod, en la edición de la prueba de 2015. El proyecto del preparado letón especializado en vehículos eléctricos llevó al especialista de cine y piloto profesional a afrontar con esperanzas de pegar una buena dentellada al récord absoluto de la subida y, aunque no conseguiría batir la marca de Loeb, Millen se llevó la victoria absoluta en la 93ª edición del PPIHC, en lo que era la primera victoria de un vehículo eléctrico en una competición internacional de este nivel y frente a vehículos equipados con motor de combustión interna. Su tiempo de 9 minutos y 7,222 segundos. Un año más tarde repetiría experiencia, en esta ocasión siendo segundo tras Romain Dumas, pero estableciendo el récord actual de un vehículo alimentado con baterías, 8:57.118.

 

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