UN MUNDIAL HISTÓRICO

20 años del primer Mundial de Fernando Alonso: El día que España rugió más que los motores de la F1

El tiempo vuela, mucho más si se va a bordo de un coche de Fórmula Uno. Han pasado ya dos décadas desde que Fernando Alonso se coronara como el rey de la competición: 20 años que no parecen haber pasado factura al piloto astur, que sigue sobre el asfalto.

Fernando Alonso celebra el mundial de F1

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Si en el 2000 alguien hubiese afirmado que un español iba a ganar una carrera en la categoría reina, seguramente lo hubiesen mirado de forma extraña. Y, si en ese momento, a alguien se le hubiera ocurrido afirmar que España iba a festejar a un campeón del mundode Fórmula Uno, le hubiesen remitido a un buen psiquiatra. Sin embargo, el asturiano Fernando Alonso hizo saltar la banca. Destronó al alemán Michael Schumacher, el piloto invencible de aquella época; y tocó el cielo con un título del que este jueves se cumplen exactamente 20 años.

Fue en Sao Paulo (Brasil). Concretamente en el circuito de Interlagos, idéntico escenario en el que al año siguiente revalidaría título, asimismo con Renault. En la antepenúltima de las 19 carreras programadas la temporada posterior al séptimo título del 'Kaiser' -el quinto seguido con Ferrari-. Y dos antes de que debutase en F1 el otro séptuple campeón del mundo: el inglés Lewis Hamilton, aún en activo.

Alonso, que aún brilla a los 44, batiendo numerosos récords en la división de honor del automovilismo; ya había mejorado numerosas plusmarcas de precocidad antes de convertirse en el Autódromo Jose Carlos Pace de Sao Paulo en el más joven campeón mundial -y en el único español- de la historia de la F1. Con 24 años y 58 días. Mejorando, en su casa, al paulista Emerson Fittipaldi, que en 1972 había capturado, a los 25, la primera de sus dos coronas para Brasil.

Fernando Alonso tras el GP de Hungría
Fernando Alonso tras el GP de Hungría | Europa Press

Una carrera de récords

Fernando había debutado en la elite del automovilismo con 19, en 2001 y a bordo de un Minardi; el peor coche de la parrilla. Con el que logró acabar décimo, en Hockenheim, el día que cumplió 20, el Gran Premio de Alemania: un puesto con el que hoy en día hubiese puntuado -de aquella solo lo hacían los primeros seis-.

Tras resignarse a pasar un año como probador, ya en Renault, en cuanto el italiano Flavio Briatore lo subió a un monoplaza competitivo, solo tardó dos carreras en convertirse en el más joven en firmar la 'pole' y en subir a un podio (en el Gran Premio de Malasia de 2003). También se había convertido en el piloto de menos edad en firmar una vuelta rápida, en Canadá, hasta que, asimismo en 2003, en agosto, hizo vibrar a todo el país al convertirse en el primer español y entonces el más joven de todos los tiempos (con 22 años y 26 días) en ganar una carrera: el Gran Premio de Hungría, en el Hungaroring, el circuito de las afueras de la imperial Budapest. Al que, desde el centro de la capital húngara, se llega no sin antes bordear la Plaza de los Héroes.

En 2004 no pudo lograr otro triunfo, pero mejoró notablemente su clasificación en la general, al pasar del sexto al cuarto puesto final en un Mundial que se cerraba precisamente en el circuito de Interlagos. En el que Briatore ya advertía, en una entrevista con la Agencia Efe, de que no dudaba que su pupilo iba "a ser campeón del mundo". El glamuroso jefe de equipo de Renault -junto al padre del astro incipiente, José Luis, posiblemente la figura más importante en el camino de Alonso hacia la cima- no se equivocaba. Y en menos de un año su pronóstico se hizo cierto.

Fernando Alonso en Renault
Fernando Alonso en Renault | Cordon Press

La 'Alonsomanía' desatada

Fernando, que ya había desatado en España el fenómeno conocido como la 'Alonsomanía' -el público comenzaba a abarrotar el circuito de Montmeló (Barcelona), en 'su' Gran Premio; y en su Asturias natal se habilitaban cines, palacios de congresos y polideportivos para proyectar sus carreras en pantallas gigantes-, comenzó ganando cuatro de las primeras siete carreras del año. En las que había subido seis veces al podio, con un cuarto como peor resultado.

El sueño tomaba visos de convertirse en realidad. Y, tras ganar los Grandes Premios de Malasia, Bahréin, San Marino (en Imola, Italia) y Europa (en el Nürburgring alemán), el genio astur añadió victorias en Francia y en Alemania para llegar a Interlagos con doce podios -incluido el segundo puesto logrado ante su afición-; liderando con 111 puntos, Exactamente 25 más que su principal rival por el título, el finlandés Kimi Raikkonen (McLaren). Apenas un par de semanas después de que se le concediese el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes; que recogería un mes más tarde en el Teatro Campoamor.

Antes de consumar una de las más grandes gestas de toda la historia del deporte español, Alonso concedía en Sao Paulo una entrevista exclusiva a la Agencia EFE en la que señalaba que "un título con Schumacher en pista" tenía "más valor";, en referencia al que en esos momentos era, según él mismo reconocía, "el mejor de la historia".

Fernando Alonso en Renault
Fernando Alonso en Renault | Cordon Press

Su tercer puesto, en una carrera que ganó el colombiano Juan Pablo Montoya, entonces compañero de Raikkonen, supuso un título que desató el éxtasis. Fernando explotó, inmortalizando su grito de 'Toma, toma y toma' en el podio de Interlagos. En el que emuló el tradicional escanciado de la sidra -la bebida típica asturiana- vertiendo el contenido su botella de champán en el trofeo recién capturado.

En toda Asturias, y más aún en Oviedo, la sidra fluyó a raudales. Y en el Centro Asturiano de Sao Paulo, uno de los mayores del mundo, dieron cuenta de no pocas 'caipirinhas' para celebrar el superlativo éxito del 'paisanín' que tan orgullosos los hizo, a tanta distancia de su añorada tierra. Dedicado a familiares y allegados, ese primer título lo celebraron, sin embargo, no pocas personas, incluido un muy reducido grupo de periodistas deportivos españoles desplazados a Brasil que se unió a la fiesta del crack del Principado; que tuvo lugar en un local paulista cuyo nombre coincide, para más señas, con una conocida marca de coches que también lo fue de una histórica escudería.

En el ámbito internacional ya habían sido pioneros, entre otros, Paco y Blanca Fernández Ochoa, Federico Martín Bahamontes, Ángel Nieto, Arantxa Sánchez Vicario, Miguel Induráin o Carlos Sainz, padre del único otro español, de idéntico nombre, que ha ganado carreras de F1 (cuatro). Y más tarde explotarían Rafa Nadal, Pau Gasol, Carolina Marín, Marc Márquez o María Pérez. Pero en ese momento, con otra gesta que trascendía lo deportivo, Alonso -con 32 victorias y 106 podios en la categoría reina- se inscribía, para siempre y con letras de oro, en la historia de España.

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